Sentía como su interior era llenado completamente, como corría la electricidad que podría quemarlos bajo el agua fría que los cubría.
- Hazme tuyo-. No dejaba de gemir mientras su rostro probaba la fría pared. De su boca solo salían gemidos de puro placer de tenerlo en su interior.
Lentamente comenzó a moverse, de adentro a afuera. Con un movimiento de cadera suave y preciso.
- Eres mío-. Le hablaba al oído con con una fuerte embestida a su interiores.
Los suaves movimientos se convirtieron a bestiales. Rápidos y llenos de placer.
- No sabes cuanto deseaba tenerte. Desde que te vi, sentí algo en mi interior. Algo que jamás me han hecho vivir-. Le hablaba con cada fuerte embestida.
Las embestidas aumentaban con cada segundo, llenándolo de placer y lujuria. Sentía como tocaba el paraíso con cada embestida a su cuerpo.
Se sentía que era hombre una vez más, como una persona te hace volver a sentir vivo una vez más.
Los gemidos de los dos amantes hacían eco por las paredes del lugar. Sus pieles chocando una con la otra. Haciendo un estruendoso ruido placentero que los rodeaba.
Mario salió de él, sentándose en el mojado piso. Romeo se sentó sobre su enorme erección, llegando al fondo de su interior.
Se miraron a los ojos, y fundieron sus labios en un apasionado beso. Sus lenguas se acariciaban mutuamente, luchando y disfrutandose.
Comenzó a retorcerse sobre la erección, clavándose más a fondo, para luego comenzar a subir y bajar su cuerpo sobre el otro.
Hecho su cabeza atrás, disfrutando las embestidas en su cuerpo. Mario besaba y lamia sus hundidas clavículas, mientras saltaba sobre su delicioso cuerpo. Mordió una tetilla, haciéndolo gritar de placer.
Las embestidas rápidas llegaban y llenaban el recóndito placer de su interior, llenándolo de lo que hace tiempo le faltaba.
- Esto se siente tan bien-. Hablaba entre pujidos, mientras recorría las clavículas de Romeo.
No dejaban de gemir excitados, sus cuerpos se tomaban, haciéndose uno solo.
Las nubes tocaban su cielo mental, regándolo de una dicha erótica y placentera. Sus cuerpos chocaban y se disfrutaban, ya no eran dos, sino solo uno mismo que vivían y exploraban su desenfrenada pasión.
- Ya es tiempo-. Le susurró al oído.
Su cuerpo comenzó a sacudirse sobre el otro, arrastrándolo lejos de su cuerpo y mente.
- Es tiempo-. Repitió con un apasionado beso.
Romeo no entendía, solo disfrutaba del cuerpo del semental que lo tomaba una vez más.
- Es tiempo. Despierta-. Su cuerpo era sacudido de una manera tranquilizante.
- Que tienes, despierta-. Un vaso de agua en su cara lo arrastró muy lejos.
Lalito estaba sobre él, con cara de preocupación y miedo.
- Que tienes. Haces muy feo-. Su voz era chillona.
Romeo se dio cuenta que todo fue sólo un sueño, un erótico sueño que anhela.
Lalito levantó la cobija, notando que algo manchaba las sábanas.
- Te hiciste pipí-. Le notificó al mayor. Corrió fuera de la habitación, dejándolo solo.
Romeo vio bajo, y notó la humedad que manchaba su bóxer negro de blanco, al igual que las sábanas bajo de él.
Vio a un lado, y noto a Mario sentado en su cama, con los codos en sus rodillas, y sus palmas pegadas a su boca. Éste lo miraba atentamente, de una manera seria y acosadora.
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Romeo.( Segunda Parte De Rommeo&Romeo).
RomanceLa segunda parte de @Rommeo&Romeo. Pero en esta ocasión Romeo después de ser raptado por una extraña y obsesionada mujer, logra escapar. Entrando a un mundo diferente al que está acostumbrado. Una nueva ciudad, nuevas personas que le ayudaran a sen...