CAPÍTULO 7.

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- Casi te lo tragas con los ojos-. Le susurró la mujer mientras comenzaba a servir la comida en los 5 platos puestos.

- N...n...no. Como cree, María luisa-. Tartamudeó nervioso y apenado.

- Se notó a kilómetros, casi se te cae la baba-. La mujer reia-. Y no me llames señora, me haces sentir vieja. Dime Mary.

Romeo sentía como su rostro se tornaba rojo. Quería que la tierra lo devorara en ese momento, y que nunca lo escupiera.

El joven volvió a entrar, ahora con el botón del pantalón desabrochado y aun sin camisa. Atrayendo de nuevo la mirada de Romeo.

- Cierra la boca o se te va a meter una mosca-. Escupió la mujer.

Se sentía tan apenado, pero no podía dejar de observar tal Adonis que se le cruzaba por adelante.

La puerta de entrada se cerró de golpe, dejándose escuchar gritos y risas infantiles. Dos pequeños niños entraron gritando a todo pulmón al comedor.

El Adonis también entro de nuevo. Sentándose en una silla de la mesa.
Los niños se congelaron al ver al nuevo huésped, Romeo.

Se miraron uno al otro, y se lanzaron contra el chico nuevo.

- Yo soy Eduardo. Dime Lalito-. Dijo el hiperactivo.

- Yo soy Gerardo-. El otro niño.

- Yo soy Romeo-. Se presentó el mayor. Quien los sostenía con sus brazos a los dos niños.

- Oh, y a su hermano no lo saludan-. Lanzó celosamente fingido Mario.

Romeo bajo a los niños al suelo, y corrieron con su hermano mayor. Los niños de 2 años y medio saltaron sobre su hermano, besándolo en los labios.

Mario comenzó a picar las costillas de los gemelos, provocándoles una contagiosa risa se pegara a Romeo.

- Su...supe que vas a ser papá tu tambien-. Habló tímidamente Romeo al bello Adonis.

- Sí, en 4 meses mi novia dará a luz y yo tendré a mi propio enano. Y ya no jugaré mas con éstos demonios-. Las cosquillas a los gemelos aumentaron, igual que las risas de los infantes.

- Yo quiero jugar contigo para siempre-. Lanzó uno de los niños, como no los conoce bien, no lo identificó.

- Yo también. Y también con Romeo-. Gritó el otro, Corriendo con Romeo. Quien lo levantó y lo sentó en su pierna.

- Mujer-. Llamó un hombre desde la puerta del comedor. Era alto, con la cara oscura por la exposición al sol, el rostro curtido por el sol y por la edad. Era un poco fornido, para verse mayor. Tenía viertas características de su Adonis, si no fuera por el maltrato del sol, apostaría que el hombre podría ser muy apuesto igual que los tres hijos.

- Viejo-. Gritó María Luisa saliendo de la cocina. Se acercó a él, se paro de puntillas, y lo beso en la boca. El hombre era mas alto que ella, mucho mas alto. La mujer le habló al oído, una costumbre de ella.

- Vicente López. Bienvenido a mi casa-. Le tendió la mano como salido.

- Romeo, Romeo Martinez. Gracias, señor-. Aceptando la fuerte y pesada mano de Vicente. La piel de la mano la tenia dura, por nos callos, y sin contar del gran tamaño, y pesadez, al igual la fuerza que tenía su saludo.

El hombre miraba al chico, sentía que lo conocía pero no sabía de donde. Pero sentía algo familiar con él, algún tipo de conexión emocional, la cual no entendía.

Romeo.( Segunda Parte De Rommeo&Romeo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora