CAPÍTULO 17.

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Se puso de pie, y entró al baño. Romeo aprovecho para quitar el cobertor y las sábanas. Se quitó el bóxer, aprovechando que Mario estaba en el baño. Lo arrojó a la bola húmeda de las sabanas, se puso un bóxer limpio, se vistió y tomó lo húmedo.

Hecho todo junto a la lavadora para que se lavase aquel sueño húmedo con mucho detergente floral.

Estaba ido completamente, pensando y recordando lo que había soñado de una manera tan real y viva. Si no fuera que fue despierto por el niño, pensaría que realmente pasó.

Reflexionaba sobre lo que siente en su interior. No se puede estar enamorando de Mario, no puede.

Él solo lo ve como un amigo, y un día anterior se lo había dicho. No se puede estar enamorando. Hecharía todo a perder. Solo es un arrimado en esa casa, y se enamora del anfitrión. Se siente tan mal emocionalmente.

Cruza los brazos sobre la tapa de la lavadora, hundiendo su rostro entre éstos.

- Dime lo que soñabas-. La voz de Mario lo asustó. Estaba tan perdido en su mente que no lo había notado-. Dime, por que tus ruidos no eran muy normales. ¿ sílabas eróticamente? ¿ me lo puedes contar?

Con sus labios hacia un puchero. Se veía tan bello e inocente.

- No. No puedo-. Le contestó fríamente.

- Por que no puedes. O será que soñabas conmigo-. Su voz era tan sexy y seductora con las ultimas palabras.

Romeo quedó mudo, no podía ni ver ese hermoso rostro, menos escuchar la voz tan sensual con la que le hablaba.

- Claro que no. Como voy a soñar contigo-. Mintió.

- Era código, cierto. Has soñado eróticamente conmigo-. Se acercaba lentamente a él-. Dime lo que te hacia, para que hicieras esos ruidos.

Relamia sus delgados labios de una manera tan sensual. De hecho, se miraba tan sexy como vestía: un short a la pantorrilla; una camiseta negra entallada, que marcaba perfectamente cada músculo de su hermoso cuerpo; el cabello aún mojado peinado hacia atrás.

Era un sensual dios en la tierra.  Con esos ojos miel que destilaban sensualidad, y ese par de finas lineas pálidas de labios, que recorría con su lengua. Estaba tan perdido en él.

- Era conmigo, cierto-. Repitió de la misma manera. Ahora estaba más cerca de él-. Por la forma en que siempre mi miras. Como te pones cuando me ves desnudo, me dice que estas enamorado de mí.

Romeo no podía seguir mirandolo, trato de darse la vuelta, pero el otro lo agarró de la mano, poniéndola sobre su abdomen.

Sin miradas estaban congeladas, todo a su alrededor lo estaba. El ruido de la maquina lavadora se fue, al igual todo lo que los rodeaba. Solo estaban los dos solos, nada más.

Romeo.( Segunda Parte De Rommeo&Romeo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora