CAPÍTULO 32.

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- ¿ Que dices que dijiste?-. Creía que no lo había escuchado bien, y solo quería corroborarlo.

- Sí, cariño. Ya saben que estoy enamorado de ti, y que tú y yo tenemos una relación. Ayer durante la cena hable con ellos, y como era esperarse, al principio no aceptaban, pero terminaron aceptándolo-. En su rostro se pintaba una gran sonrisa que iluminaba la profunda oscuridad de la habitación.

Romeo dejó caer su cabeza bruscamente sobre la almohada suspirando exageradamente. No se esperaba tal cosa.

- Ven, vamos a comer antes que los Nanos se coman primero los camarones de la pizza-. Lo levantó de la cama del brazo, sacándolo de la cama-. Abre tu regalo primero.

En su rostro se fingía curiosidad y alegría por que le gustara su regalo que compró la noche anterior con sus ahorros y sueldo de su trabajo.

Rasgó con cuidado la envoltura de corazones, sacando una caja con un teléfono en la cubierta. Era un teléfono celular de última generación. Romeo sonrió mientras sacaba el aparato color blanco de 5.5 pulgadas de tamaño.

- Y, ¿ Te gustó?-. Daba saltos sobre el colchón alegremente.

- Gracias, mi amor. Me encantó, muchas gracias-. Le plantó un beso en los labios como agradecimiento.

- Bueno, hay que cargarlo para que lo empieces a usar-. Sacó el cargador de la caja, y lo conecto a la electricidad.

En la mesa los niños peleaban por los camarones de la pizza, mientras la madre los golpeaba en las manos con un trapo para que los dejarán en la masa cocida.

- Mami, yo quiero caramon-. Decían los niños quejándose.

- Es camarón, y ya les dije que no hasta que Romeo se siente a comer. ¡ Vicente!  Ves que no dejo a los niños y tu vienes y te los comes también. ¡ Ya déjenlos en la pizza, caramba!-. Luchaba con su marido y sus hijos María Luisa-. Ya vienen, apurense o los chamacos estos se comerán los camarones.

Advirtió a los chicos que entraban al comedor, tomaron sus lugares, y la madre partió la pizza, y la repartió a la familia.

Durante la comida Vicente no quitaba la mirada a Romeo, y eso lo hacía sentir muy incomodó e irritado. El hombre tenía la mirada un tanto pesada e intimidante.

- Felicidades, Romeo-. Lo felicitó la madre mientras sacaba de la cocina un pastel de chocolate con galletas, fresas y cerezas de adorno. Tenía muy buena pinta-. Apaga las velitas.

Encendió una vela en forma de Dieciséis con un encendedor azul que traía en la bolsa del mandil de manzanas rojas que usaba. Romeo cerró los ojos, y sopló apagando de una la vela de multicolor que adornaba.

La mujer le entregó un cuchillo al chico, y cortó rebanadas en el pastel. Toda la familia comía esa delicia de postre casero: relleno de Nutella y banana, con cobertura de más pasta Nutella y trozos de galleta de chocolate y frutas .

Disfrutaba ese gran momento familiar, que a pesar que no era su familia original, sentía que era parte de esa misma.

Romeo.( Segunda Parte De Rommeo&Romeo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora