Los días pasaron muy rápido, y aún no creía lo de su compromiso. Solo miraba y admiraba la bella joya que adornaba su dedo. Hermosa, como lo que sentía por él.
Como siempre, el quedó sólo con los niños, ya que todos trabajaban desde temprano.
Limpió la casa y preparaba la comida mientras los niños jugaban dentro. Ya era tarde, y casi era la hora para que salieran al patio, hasta que escuchó los gritos de uno de los niños buscando al otto pequeño.
- ¡ Lolo, Lolo, Lolo! ¡ Dónde tú!
- ¿ Qué pasa, peque'?-. Le habló desde el otro lado de la ventana de la cocina.
- Lolo no aqui-. Le respondió con cierto tono de tristeza en la voz.
Como si nada, Romeo saltó el mesón de cronqueto que divide ambas alas, hincandose ante el niño.
- ¿ Co... Cómo que no está?-. La sangre le comenzaba a concentrar en el rostro-. Estaban jugando, ¿no?
- Sí, pero no él aquí ya-. Las lágrimas comenzaban a brotarle por los ojos color miel al pequeño.
No tardaron en comenzar la exhaustiva búsqueda por la casa. Habitaciones, baños, cuarto de lavado y hasta en los closet de las habitaciones. Nada. Como si la tierra lo hubiese tragado.
Lo que no percató hasta el final, fue la puerta de entrada semi abierta. Salió al patio a buscar, nada. Solo un pequeño za y un auto de juguete tirados en la entrada.
- Run Run y fuchi de Lolo-. Notificó el pequeño.
Nada más que eso y un par de neumáticos marcados en la arena de la calle.
El alma se le escapó del cuerpo, y la sangre se le congeló. Salió con los vecinos a preguntar por él, nadie vio absolutamente nada. Excepto uno.
- Sí, vi como Eduardo subió a un auto pequeño color negro. Una chica muy linda conducia-. Respondió la anciana.
- Co... Cómo era ella-. Comenzaba a temer lo peor.
- Alta, buen cuerpo y cabello rojo y ondulada-. La mujer daba pequeños golpes con el índice en su frente, tratando de recordar.-. De hecho, la misma chica ya había estado fuera de la casa. Pensé yo que era familiar o algo así.
Llamó la policía, pero le dijeron que tendría que esperar. Y eso no era parte de sus planes.
Estaba sentado en el sofá, con el teléfono entre sus manos, pensando lo que tenía que hacer, aunque de eso dependía su estadía y vida.
<< Ma... María Luisa, tiene que venir a la casa. Ocurrió algo-. La voz le temblaba al hablar.
>> ¿ Qué pasa, Romeo? Me preocupas. ¿ Cómo que ocurrió algo?
Romeo en el sofá llorando, mientras que Vicente abrazaba tratando de consolar a la mujer.
- ¡ Como rayos fue posible que pasara eso! Tu estabas a cargo ¡eran tú responsabilidad! No puedo creer que seas tan irresponsable y descuidado. Ahora mi pequeño está quien sabe donde y quien sabe con quien... ¡¿ Porqué rayos no les pusiste más atención?!... ¡ Respondeme carajos !
Estaba totalmente desecha y furiosa aquella mujer. La cara roja y los ojos hinchados por tanto llorar.
Romeo se sentía peor. Se sentía culpable, por que de cierta manera y como dice ella eran su encargo y no les ponía atención por hacer los quehaceres de la casa.
- Por tú culpa mi niño esta en garras de quien sabe quien. ¡ Por tú culpa! Solo por que eres.. Eso no importa, pero ¡les debías poner mas atención!
- ¡ Lo sé. Se que por mi culpa está en peligro! ¡ No tiene que recordarme eso!-. Explotó después de tanto ahogar las palabras en su interior.
- Hola, ya llegué -. Mario entró saludando por la puerta, notando la tensión que ahí dentro inundaba -. ¿ Qué... Qué pasa?
Preguntó, más nadie respondió. Romeo conocía como reaccionaría al saber la mala, y eso le preocupaba.
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Romeo.( Segunda Parte De Rommeo&Romeo).
RomanceLa segunda parte de @Rommeo&Romeo. Pero en esta ocasión Romeo después de ser raptado por una extraña y obsesionada mujer, logra escapar. Entrando a un mundo diferente al que está acostumbrado. Una nueva ciudad, nuevas personas que le ayudaran a sen...