CAPÍTULO 42.

14 1 4
                                    


Todos comían, y Mario no quitaba la mirada a Romeo. Se encontraba tan nervioso y asustado por lo que vendría a ese momento.

Dió un largo trago a su botella de cerveza, terminandola de una. Necesitaría valor, mucho valor para " eso "

- Fa...Familia, Romeo-. Llamó la atención de todos golpeando con la cuchara la botella de cristal. Sonido cual también atrajo la atención de los otros comensales debido al fuerte sonoro-. Hoy... estoy muy nervioso.... pero estoy muy seguro de esto.

La familia prestaba debida atención al joven, con cierta curiosidad.

- Romeo, sabes que te amo. Y el tiempo de conocernos es muy poco, y sé que hace no mucho me comporté como un idiota,  pero lo que tenemos y hemos vivido juntos no es nada...  pero...  me gustaría, no, quiero pasar lo que me queda de vida a tu lado..

Soltó la mano del chico, arrastrando la silla hacía atrás. Se puso de pie, e hincó a pies de Romeo, tomando su mano. De su bolsillo saco algo, que cubrió con su puño.

- ¿ Quisieras ser mi amante, mi acompañante de vida, mi todo y único ...  quieres ser mi esposo? -. Abrió el puño, dejando ver una pequeña caja en forma de corazón de terciopelo,  abriéndola y dejando ver una sortija de oro  con incrustaciones de diamantes pequeños color azul y uno más grande color cristal. Una joya hermosa y muy valiosa en muchos sentidos.

Romeo no creía lo que escuchaba,  sus ojos comenzaron a gotear,  mientras que su corazón se aceleraba. Todo se congeló a su alrededor. Solo eran él y aquel Adonis que a sus pies se encontraba, sosteniendo su mano.

Una palabra de dos letras. Una vocal y una consonante. Dos letras que podrían arruinar o dar felicidad. Una sola palabra de dos brotó de su boca en forma de tartamudeo.

- S...Si...si quiero-. Con los ojos inundados se dejó caer con su pareja ,  estando a su altura del suelo. Lo beso y hundió su rostro empapado en el fornido hombro del Adonis.

Se levantaron, y los padres no tardaron en acercarse a los jóvenes a felicitarlos. Los abrazaron mientras la mujer rompía en lágrimas por el compromiso de los chicos, pese que ya lo sabia de en boca de su hijo ,  pero aún así le sorprendía.

Inclusive de fuera se escuchaban aplausos de los comensales, apenando a Romeo. Pareció no ser tan familiar y privado el recervado donde se encontraban.

- Que conste que será en un tiempo más, amor. Aun eres muy joven, pero ya estas comprometido a casarte conmigo -. Habló Mario con la boca llena de arroz frito con verduras -. Por lo menos un año o dos.

Romeo estaba aún en shock,  solo asentia a las palabras de su ahora prometido. En su cabeza se formaba un batido de emociones como ingredientes principales. Todo era muy rápido y podría decirse muy precipitado. Pero como dijo Mario, él estaba de igual manera seguro de aquella decisión que momentos antes aceptó.

–—
Muy bien sabía lo que aquello acarrearía,  pero de cierta forma se siente feliz por los chicos. Por sus chicos.

——
La furia le hacía arder la sangre. Se deslizó lentamente por la pared, soltando en llanto.

- ¡ Maldito, maldito, maldito!-. Chillaba t golpeaba sus manos contra el concreto del suelo.

Con su puño a punto de sangrar, limpió sus lágrimas, esparciendolas por su enrojecido rostro pecoso.

- Es hora. Ya es hora que todos estos desgraciados conozcan las consecuencias de entre meterse con mi amor. Con Romeo.

Se puso de pie, limpiando su trasero de polvo y grava del suelo. De su bolsillo sacó un pequeño mando de auto, lo oprimio y un auto chilló muy cerca. Subió al auto color negro y puso marcha ,  alejándose velozmente,  sin importarle la velocidad adecuada de aquella transitada calle.

Romeo.( Segunda Parte De Rommeo&Romeo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora