Capítulo 5. Al final no era tan malo.

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Pasé la noche tranquilamente, y al día siguiente no tenía que ir a trabajar, era sábado. Me pasé gran parte de la noche pasándome mensajes por Whatsapp con Mangel, era un chico muy simpático y gracioso. Es más, habíamos quedado aquella misma tarde, también venía Cristina. Me alegraba ir haciendo amigos en la ciudad, solía ser una chica solitaria y con las amistades, tengo un pasado horrible lleno de mentiras.

*FLASHBACK*

-Tania, eres mi mejor amiga. - Le sonreí.

Ella me abrazó, sus ojos estaban llorosos pero no entendía porque. Deducí que era por lo que le dije. Aquella noche ella se escapó de su habitación para dormir en la mía, lo hacía varias veces. Hablábamos de los demás, se podía decir que nosotras y Marcos éramos ''los marginados''

Me tenía que preparar al despertarnos, aquella tarde iban a venir unos señores a ver si me adoptan, yo tenía solamente once años. Me metí a la ducha. Al salir, no encontré mi ropa, ni mi toalla, tan solo estaba mi ropa interior - Gracias a Dios-. La puerta tampoco se abría, seguramente colocaron el armario delante. Miré mi móvil, eran las dos. Me pase allí dentro como una hora, cuando al fin me abrieron me dijeron que los que querían adoptarme, no quisieron esperar más, se decidieron por otro niño.

Cuando vi a Tania ella lloraba, estaba con ''los populares''. Cuando se fueron todos ella se acercó a mi.

-_______, lo siento. Me dijeron que si cogía tu ropa me dejaba estar con ellos. Nunca me dijeron que te encerrarían en el baño. - Me dijo ella llorando.

-Era mi única oportunidad de salir de aquí. ¿Ellos eran más importantes que yo?

-Es que...

-No, lo entiendo. Unos chavales sin corazón que nos hacen la vida imposible de pronto quieren ser tus amigos y me decepcionas. Eras mi única amiga Tania.- Respiré profundamente. - No me vuelvas a dirigir la palabra nunca más. - Comencé a llorar y me salí corriendo a mi habitación.

*FIN DEL FLASHBACK*

Me mordí mi labio aguantando así las lágrimas, y funcionó, ya que alguien llamaba a mi timbre. Abrí y era Mangel, detrás estaba él... Mi vecino.

-Ho-hola. - Sonreí.

-Hola. - Dijo Mangel.

-Hey vecina. - Soltó él.

-Ehh... ¿él que hace aquí? - Pregunté.

-Le invité yo. - Contestó Mangel. 

-Vale.- Sonreí, no dije nada más. No quería caer mal el primer día.

Comenzamos a caminar hacía el sitio donde habíamos quedado, era en la casa de Cristina. Yo no sabía donde vivía, me dejé guiar por ellos dos. Por el camino no hablábamos mucho, yo sólo me reía de las tonterías que hacían los dos. Rubén, o Rubiu, o como se llame parecía más simpático. No sé, no parecía tan... ¿molesto?

-Bueno, ya ehtamoh'. - Dijo Mangel.

Llamamos al timbre, Cristina abrió. Al subir la puerta estaba abierta, cuando entramos me quedé alucinada. Era mucho más grande que mi piso. Aunque... cualquier cosa era más grande que mi piso.

-¡Hola! - Sonrió ella y nos abrazó a los tres.

-Hola. - Le devolví el abrazo.

Hablamos un buen rato, nos conocimos mejor. Al parecer era ''Rubius'' y no ''Rubiu'' aunque aún no sabía por qué le llamaban así, no lo pregunté tampoco. Comenzó a llover, era una de las pocas cosas que amaba, la lluvia.

-Voy al balcón.- Sonreí.

-Vale. - Contestó Cristina.

Me acerqué al balcón, me encantaba el sonido de la lluvia y el olor que se queda cuando deja de llover. Solía pasarme esas noches lluviosas leyendo, era lo único bueno de aquel sitio de mierda.

Alguien se acercó al balcón, era Rubén.

-Hola... - dijo él.

-Hola. - Sonreí.

-Ehhh....yo... - Tartamudeaba mientras se rascaba la nuca.- Lo siento por lo del ascensor.

-Tranquilo, no importa. Si es mi culpa...

-¿Tu culpa?

-Si... nunca fui una chica sociable. Es más, tan solo tengo un amigo de verdad. 

-Pues ahora tendrás dos. - Sonrió. 

Madre mía, no podía ser el mismo chico. Ahora parecía, ¿simpático? 

Bueno, juzgué nada más conocerle, cosa que debía dejar de hacer. Me alegraba tener ''un amigo''. Volví al salón.

-Chicos, me tengo que ir ya. - Les dije.

-Espera, yo también me voy. - Dijo Rubén mientras se ponía una chaqueta de cuadros de colores.

-Vale.- Sonreí, y me puse mi chaqueta.

Salimos de allí, Mangel se quedó con Cristina. Comenzamos a caminar de vuelta a casa, hacía muchas tonterías y yo me reía como una cría, hacía mucho que no me reía así.

-Oye... ¿hay algo entre Mangel y Cristina? - Pregunté curiosa.

-No lo sé, son muy buenos amigos, supongo que solo eso.- Sonrió. - ¿Por qué? ¿Te gusta Mangel? - Preguntó levantando las cejas.

-No, claro que no. - Le aclaré.

Ya estábamos enfrente del ascensor, entramos los dos.

-¿No pensarás darle a todos los botones? - Pregunté.

-Hmmm... lo pensé, pero casi mejor que no. - Le dio la tercero.

Ya estábamos delante de nuestras puertas. 

-¿Quieres pasar? - Preguntó él señalándo su piso.

-Que va, estoy muy cansada. Otro día será.- Contesté.

-Vale, pero al menos apunta mi teléfono.

-Si, eso si. Que así podré enviarte mensajes diciéndote que dejes de chillar. - Sonreí.

Apunté su número y él el mio, después me metí en mi piso. No me apetecía ni comer, estaba realmente cansada aunque no entendía por qué, era un sábado. Bueno, así de rarita soy.

Tampoco era muy tarde así que me puse una peli, lo cierto era que me encantaba ver películas, me encantaban aquellas películas ñoñas de amor, donde todo sale bien. Yo lloraba como una idiota, aunque sinceramente era porque esperaba que me pasase algo parecido. Cualquier chica soñaba con eso, y bueno... yo a mis dieciocho años no he estado ni enamorada. Mi primer beso me lo di por curiosidad, fue con Marcos, acabamos los dos riéndonos y decidimos no volver a besarnos nunca jamás. Y bueno... eso hicimos. No volvimos a sacar el tema nunca más.

Al meterme en la cama recibí un mensaje, no me lo podía creer era Rubén.

''Buenas noches muyaya.''

Sonreí al leer el mensaje, me parecía tan tonto. Mis ''amigos'' solían ser más serios, casi nunca bromeaban aunque en aquel entorno era difícil encontrar bromas, la mayoría eran de cárceles y a mi más que hacerme gracia me hacían sentirme mal.

Así que no sé, me hacía gracia cualquier tontería que decía mi vecino.

''Buenas noches Rubén.''

Le contesté y me dormí, ya era tarde. Había otro mensaje pero no lo mire, tenía mucho sueño.

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:'3 puse en el estado que lo subiría mañana, pero me apetecía subirlo ahora :D

Ah si, no se si lo puse en el capítulo anterior, pero siento mucho lo horrible que hago el acento de Mangel, es que no me sale.

:D espero que os guste la novela, he recibido comentarios diciéndome que la siga, y que muchas gracias <3 que la seguiré y espero que esta novela tenga futuro.

Corazones gays para todos <3

Será cosa del destino. | Rubius y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora