Capítulo 52. ¿Qué me escondéis?

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2 Días después.

Subía las escaleras tatareando una canción, ese día había sido muy fácil, y para mi sorpresa estaba muy descansada. Patri había estado muy rara, traté de quedar con ella por la tarde pero no quiso. Para mi sorpresa, supo que era mi cumpleaños. No le dije a nadie que era mi cumpleaños, no me gustaba mucho celebrarlo. 

*FlashBack*

Costaba abrir los ojos con esa luz, mi maldita habitación daba siempre a donde salía el sol. Había pasado una mala noche, Hugo y sus amigos habían hecho una tontería de las suyas, y yo me había pasado la noche entre lágrimas y sollozos. 

Mis ojos se habían acostumbrado a la luz, pero una cara se me metió delante. Una sonrisa se le dibujó al verme con los ojos abiertos. Comencé a sacar uno de mis sonidos de foca pariendo, que los sacaba todas las mañanas al despertarne.

-¡Felicidades! - Chilló Tania.

-¡Vete de mi habitación! - Contesté frotándome los ojos.

-Lo tomaré como un gracias.

-No, tienes que tomártelo como un ''vete de mi habitación''. - Añadí.

-Eres una maldita vaga.

-Y tú una pesada.

-_____, es tu cumpleaños, olvida al idiota de Hugo y levántate.

-Vale... - Cedí.

Me levanté de la cama con dificultad, la luz seguía molestando pero no tanto. Ella tenía una enorme sonrisa, y una bolsa.

-¿Y eso? - Pregunté.

-Hmm... no lo sé, deberías abrirlo. - Me lo entregó.

De la pequeña bolsa saqué una cajita. La inspeccioné un momento y después la abrí. Era un collar con una llave.

-¿Una llave? ¿la llave de qué? - Pregunté confusa.

Ella sacó de debajo de su blusa otro collar, un corazón, la llave de mi collar entraba en el corazón del suyo.

-¿Esto no es muy cursi? - Pregunté.

-Eres una idiota. - Me abrazó.

*Fin del FlashBack*

Abrí el cajón y vi el collar, allí seguía, en su cajita. No fui capaz de tirarlo, y lo intenté varias veces. Fue difícil despertarme sola, después de tantos años en los que me felicitaba Tania, pero... lo superé. 

Dejé mi mochilita tirada en el suelo. Era viernes, al fin el tan esperado viernes. Tenía hambre, me cambié de ropa, me puse mi famoso moño y me fui a comer. No tardé mucho en engullir toda la comida, tenía mucha hambre, y lo cierto es que me encantaba comer. 

Rubén P.O.V.

Ya se acercaba la hora, mucha gente ya estaba en el local. Cris y yo estábamos de camino. Tenía el regalo comprado, opté por un anillo de oro. Si, al comprarlo me pareció mucho pero... se lo merecía. Llevábamos poco tiempo saliendo, pero... llevábamos mucho siendo amigos, muy buenos amigos. 

-¡Vamos, más rápido! - Le exigí a Cris.

-Que pesado eres, ahora llegamos.

-¿Oh' quereih' callar ya? - Añadió Mangel. 

-Creo que deberías llamar ya a _____. Casi estamos. - Propuso Cris.

-Vale. - Afirmé.

Saqué mi teléfono del bolsillo. Busqué su número en la agenda y la llamé. Al segundo toque contestó.

Será cosa del destino. | Rubius y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora