Capítulo 33. ¿Dónde está?

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Miré el reloj, mierda, las siete menos cinco. A las siete tenía que despertarme. Odiaba mirar el reloj unos minutos antes de que suene. Comencé a dar vueltas de un lado a otro por la cama, sacando ruidos de foca. Cuando sonó finalmente el reloj, marcando las siete, le golpeé hasta que dejó de sonar. 

Me desperté con mi cara de zombie, como de costumbre. Me lavé la cara, pero ya no había remedio, esas ojeras no me las quitaba ni la mejor crema. Me recogí mi pelo en un moño y un tupe, me hice la raya y me eché un poco de pote para disimular esas enormes ojeras. Me puse una blusa morada, por encima una chaqueta y unos leggins coloridos. Miré mis converse negras.

-Os he marginado por los tacones pequeñas. - Dije.

Las cogí de la esquina del armario y me las puse. Hacía tanto que no me las ponía. Había cambiado tanto. Cambié mis converse por los tacones, eso no me lo podía perdonar. 

Fui a desayunar, en el salón casi no había luz, y en la cocina aún menos, prácticamente no se veía nada. Hasta me choqué mi meñique con el mueble de la cocina. Solté un pequeño chillido, sonó como el de un pequeño cachorro. 

Miré el reloj, ya era la hora de salir de casa. Solté mi último gruñido y cogí la mochila de tela que había tirada encima de la mesa. Metí dentro mi móvil y mis llaves y salí de la casa. En la calle sólo había coches, pero en la acera nadie. Caminé hacía la tienda temblando, por el frío que hacía. Pero finalmente llegué.

-Hola Patri. - Sonreí.

-Hola. - Me devolvió la sonrisa.

Se la veía muy contenta, y yo sabía el por qué de esa felicidad. Tenía la misma sonrisa que Thous un día antes. 

-¿Y qué tal todo con Thous? - Pregunté.

Sus ojos doblaron su tamaño, eso me produció una carcajada.

-¿Te lo ha contado? - Volvió a preguntarme.

-Tuvo que hacerlo, prácticamente le obligué. 

-Ya... ¿y te contó que chillé cuando le vi? - Añadió.

-¿Chillar? - Pregunté sorprendida.

-Sip... es que es Thous.

-Ya...

-Soy una gran fan.

Entonces lo comprendí, comencé a reírme al imaginármela ríendo como una tonta. 

-No te rías, he pasado una vergüenza tremenda. ¿Y cómo es que lo conoces?

-Pues de Rubén, es mi vecino.

-¿Rubén? - Volvió a preguntar.

Entonces me di cuenta de que seguramente ella lo conocía por su nombre de youtuber. Pensé en como diablos era su nombre de youtuber, entonces recordé como lo llamó Mangel el día anterior.

-Rubius.

-¡¿Qué conoces a Rubius?! - Chilló de vuelta.

Y así fue como tuve que contarle como conocí a Rubén. Aunque eso hizo que mi día pase más rápido, solo dejaba de preguntarme cosas cuando entraba algún cliente. Pero cuando ese salía de la tienda ella volvía a mirarme y volvía a preguntarme otras cosas. Y me rogó que le presente a Rubén, no entendía porque era tan importante pero... me daba hasta pena así que se lo prometí.

*****

-¡Bueno, no te olvides me lo has prometido! - Chilló ella cuando yo estaba en la puerta, a punto de salir.

-Que si pesada, adiós.

Se escuchó un adiós detrás, pero yo ya estaba fuera de la tienda. Volví a mi casa a paso lento, hacía incluso más frío que por la mañana, cosa rara ya que por las mañanas suele hacer más frío. 

Llegué a mi piso y me cambié de ropa. Comí algo. Miré el reloj, aún era pronto. Quería ir a ver a Marcos. Cuando cogí mi teléfono tenía un mensaje de Rubén ''¿Haces algo está tarde señorita bigotes?'', ''Pues, ver a Marcos. Un planazo.'' contesté. No tardó en sonar mi timbre, fui a abrir y era él.

-¿Qué? 

-Me encanta tu buen humor. - Soltó.

-Perdón. ¿Qué desea usted este maravilloso día? 

-Así mejor. Pues, me aburro muchísimo. Así que, he pensado en acompañarte.

-Va, como quieras. - Contesté.

-¿Y con ese humor sigues teniendo amigos?

Le miré mal, él soltó una sonrisa satisfactoria. Entré en mi piso a por mi chaqueta y a por mi móvil y llaves. 

Fuimos caminando, no tenía prisa en llegar. Durante el camino Rubén no dejaba de decir estupideces.

-¿Nunca sales a la calle sin gorra? - Pregunté mirando su gorra.

-¿Tú alguna vez sales sin sujetador?

-Madre mía, ¿cómo puedes ser tan idiota?

Él se quitó la gorra y me la puso. Casi no podía ver, tenía la cabeza más pequeña que él, y esa gora me quedaba enorme.

-No veo una mierda, eres un cabezón.

-No, es que tú eres una enana. 

-Imbécil.

Rubén P.O.V.

Llegamos delante del hospital y subimos a la habitación. Ella se quedó completamente al entrar en la habitación y encontrarla completamente vacía...

-¿Do-dónde está Marcos? - Preguntó ella.

-Le estarán haciendo alguna revisión. - Intenté tranquilizarla. 

-Joder, ¿dónde cojones está? - Empezó a dar vueltas por la habitación. - ¿Y si se ha muerto? - Soltó de golpe.

-No digas tonterías.

-¿Tonterías? estaba en coma encima de una cama.

-Que no _____, tranquilízate.

-Dios, no puedo tranquilizarme.

La puerta se abrió. Entró una chica. Una chica un poco más alta que _____, seguramente tenía su misma edad. Yo no la había visto nunca antes.

-María, ¿qué coño ocurre? - Preguntó _____ al verla.

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INTRIGA INTRIGA INTRIGA :'3

¿Qué creéis que pasará? ¿eh? ¿eh? Dejadlo en los comentarios de allí abajo :3

Bueno, poco más que decir, sólo que el especial cada vez se acerca más :3 hasta yo tengo ganas de escribirlo ^^

Espero votos, comentarios y ¡Corazones gays con purpurina! ♥ ♥ ♥ 

Será cosa del destino. | Rubius y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora