Los dos fuimos a su salón, era raro no decíamos nada. Pero... su gorra me ponía nerviosa.
-Oye, me estás poniendo nerviosa con tu gorra, ¿por qué diablos la llevas? - Pregunté.
-Ahh... esto...- Se la quitó y la lanzó al suelo, a unos metros de nosotros.- ¡Ya no está!- Y puso una cara un tanto rara pero graciosa.
-Pero que idiota eres.- Dije riéndome.
-Me estás haciendo daño con tus palabras.- Se hizo el dolido, llevando su mano al pecho.
-Vale... lo siento.- Le seguí el juego.
-Está bien, te perdono.
Me reí. ¿Cómo podía ser tan idiota?
-Oye... una cosa. - Le dije.
-Dime.
-¿Por qué nunca me has dicho que tú también eres youtuber?
-¿Por qué nunca me lo has preguntado? - Preguntó él de vuelta.
-Claro, como es una pregunta tan común.
-Mmm... ven. - Dijo, y me agarró del brazo llevándome a su habitación.
Pero... ¿qué hacía?
Fuimos a su habitación, me dijo que me siente en su cama, y eso hice. Él se colocó delante del ordenador y buscó algo en youtube. Puso un vídeo y se sentó a mi lado.
-Mira, esto es lo que hago.
Me puso un vídeo de chatroulette, o algo así. Me reí como una idiota, él se limitaba a mirarme y al reírse al ver mi reacción a cada tontería que hacía. Cuando acabó él lo quito, y puso otro de un juego, algo de outlast o algo así. Me quedé viendo TODOS los vídeos de outlast, incluído el último, que duraba como media hora. Me reí como loca.
-Oye... ¿quieres jugar? - Puso cara de pervertido.
-¿A qué? - Imité su cara, pero como broma.
-Al outlast, aún lo tengo por allí.
-Mmm... vale, pero me ayudas.
-Claro.
Los dos nos sentamos en unas sillas delante del ordenador. Puso el juego, introducí mi nombre y comencé a jugar. Al igual que en el vídeo, en el juego me encontraba en un coche que iba hacía ese sitio tan raro. Comencé a jugar, sabía lo que tenía que hacer ya que vi el vídeo, pero me asusté igualmente.
-¡Corre, entra en esa habitación! - Chillaba él.
-¡Qué no me grites! ¡Mierda, mierda, me ha pillado!
-Déjame a mi anda.
-¡Qué no, que quiero jugar yo!
-Oye... ¿es que tus padres no te han enseñado modales? - Dijo él, suponía que lo decía de broma pero dolió igualmente.
Nunca me habían dicho eso antes, no sabía como reaccionar. ¿Confiaba en él lo suficiente como para contárselo?
-Es que no me dieron esa oportunidad...- Le dije.
Su cara cambió completamente, y yo estaba cabizbaja.
-¿Qué? - Dijo él.
-Eh... yo me voy.
Me fui de la habitación corriendo y me sali de su casa. Me meti a mi piso rápidamente. Si, lo sé, suena como una tontería. No, no me avergonzaba de que mis padres me hubiesen abandonado como a un perro, pero después de ver tantas reacciones de tanta gente, no quería volver a ver otra reacción. Siempre me miraban con mucha pena, me decían ''siempre me tendrás a mi'', y acababan desapareciendo de mi vida. Además, no le conocía mucho, y no me apetecía llorar. Aunque no era fuerte, intentaba parecerlo.
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Será cosa del destino. | Rubius y tú |
Fanfiction______ Suárez, abandonada por sus padres nada más nacer. Es criada por las monjas en un orfanato de Madrid. No sabe muy bien que es ser independiente, pero tiene que abandonar el orfanato al cumplir sus dieciocho años. Fuera de aquella cárcel solame...