Me desperté sobresaltada. Me metí al baño y me peiné en un tiempo récord. Mientras me ponía unos pantalones me comía una oreo. Me puse la blusa y los zapatos. Metí el horroroso uniforme en una mochila de tela, junto con mi chatarra-móvil y las llaves. Salí pitando de la casa, vi como el ascensor estaba medio abierto. Salí corriendo y me metí en el ascensor rápidamente, allí dentro había alguien.
-¿A qué piso vas? - Preguntó él.
-Al bajo. - Dije, respirando rápidamente.
-Aha... - Soltó, y le dio al doce.
-¿Pero que haces? He dicho al bajo. - Dije cabreada.
-Ah... lo siento. - Y le dio desde el once al bajo a todos los botones.
Ese tío era subnormal. Le he agarrado el brazo y lo he empujado a la otra esquina del ascensor. Al ser el espacio tan pequeño en un momento dado nos quedamos a centímetros.
-Así que por eso te querías meter conmigo en el ascensor, eh. - Soltó con una sonrisa pervertida.
-Gilipollas. - Dije, dándole la espalda.
Me planteé bajar del ascensor, ya que no dejaba de abrirse y cerrarse en cada planta. Pero... caminando tardaría el doble, estábamos en el noveno aún.
-Madre mía, como pierda mi trabajo será tu culpa. - Dije finalmente.
-Lo tendré en cuenta...- Dijo indiferente.
Cuando al fin llegamos al bajo corrí.
-¡Un placer conocerte! - Chilló él.
-¡Siento no poder decir lo mismo! - Le contesté.
Me fui corriendo rápidamente, ni miraba por donde iba pero en dos minutos ya estaba delante el local sin poder respirar. Entré corriendo y sudando.
-¡Ya estoy aquí! - Chillé.
Allí estaban Marcos y Héctor, mirándome fijamente. En ese momento sabía que la he cagado.
-¡Lo siento muchísimo! - Solté. - Es que la alarma no sonó, y después lo del ascensor con ese tío tan raro... - Decía sin respirar.
-Eh, eh, eh. - Soltó Héctor. - Tranquila. Es tu primer día y lo entiendo. Pero te quedarás una hora más.
-Muchas gracias. - Respiré aliviada.
Fui a cambiarme. Al ponerme el uniforme me quedé flipando, no quería salir de alli. Se me quedaba tremendamente ajustado al cuerpo, parecía una puta. Ese color no pegaba NADA conmigo. Me daba vergüenza salir de allí, pero tenía que trabajar.
Salí avergonzada, Marcos me estaba mirando y aguantaba la risa.
-Sueltalo. - Le dije.
Comenzó a reírse como un loco. Le ignoré completamente y me puse a trabajar. Lo único que tenía que hacer era limpiar las mesas y sonreír a todo el mundo, acabé con un dolor terrible de mandíbula. Cuando acabé, me cambié rápidamente la ropa, estaba como loca por quitarme esa cosa de encima. Tenía marcas de aquel vestido tan ajustado por todo el cuerpo.
Me dirigí a casa sola, y cansada. Subí en el ascensor, ya que estaba vacío. Me prometí a mi misma no volver a subir al ascensor con ningún vecino loco que le da a todos los botones. Cuando llegué al tercer piso bajé del ascensor, se oían voces en en rellano. Me quedé escondida tras la pared para que aquellas personas que hablaban no me oígan. Me fijé mejor, era él, el chico del ascensor. Se despedía de una chica. Era también él, el del otro día que se despedía de otra chica. Sé que no era esa, porque la del otro día era rubia, y esa era castaña. Y bueno, se despidieron con un beso. Lo único que pude oír fue ''Adiós Rubén''. Cuándo ella se marchó decidí dirigirme a mi casa.
-Vaya, así que eres mi vecina. - Soltó él.
-Si, por desgracia. - Sonreí falsamente.
-Oye, lo de esta mañana fue una simple broma. Tampoco te tenía que poner así.
-Pues tu broma casi me cuesta mi trabajo. Así que, ignorame y punto. - Solté y me metí en casa sin dejarle contestar.
Dejé la mochila tirada en la habitación y los zapatos igual. Fui descalza hasta la cocina, donde saqué las sobras de los macarrones del día anterior. La metí al microonda, y mientras esperaba que se calienten me senté encima de la encimera. Tras unos dos minutos sonó el timbre del microondas, saqué los macarrones y me tiré en el sofá.
Mientras comía recordé mi conversación con el vecino, con ese tal Rubén. Tal vez me pasé en como le traté, tal vez solo quería hacerme una broma, él no sabía que yo tenía prisa. Lo cierto es que siempre me han echado en cara que soy una borde, pero bueno... así era yo. Además, tampoco tenía previsto ser amiga del vecino.
Rubius P.O.V.
-Pues tu broma casi me cuesta mi trabajo. Así que, ignorame y punto.- Se metió en su casa.
Bueno, yo no pensé que se iba a tomar tan en serio lo de esa mañana. Genial, además desde que no vivía con Mangel nadie escuchaba mis quejas, acababa hablando solo. Bueno, decidí no hacerle mucho caso, era una niña pija. Lo peor es que nunca me llevé bien con los vecinos, en la anterior casa Mangel y yo nos llevabámos fatal con la vecina.
Era raro vivir solo. Cené algo y decidí ir a la habitación, había quedado con Mangel, Alexby, Cheeto y Willyrex para jugar a Prop Hunt. Encendí el ordenador y la cámara.
-¡Muy buenas, criaturitas del señoor! - Saludé como de costumbre.
Comencé a grabar con los chicos, nos lo estábamos pasando bien. Demasiado bien diría yo, pero... como no iba a dar golpecitos mi queridísima vecina.
-Chicos, yo me voy.- Me despedí de ellos. - Tengo que montar el vídeo y todo eso.- Mentí.
-Adioh.- Soltaron Cheeto y Mangel a la vez.
Bajé la tapa del ordenador y me metí en la cama, ya era bastante tarde.
______ P.O.V.
¿Pero como era capaz de hacer tanto ruido? Chillaba como si le estuvieran violando, o intentando asesinar. A saber que hacía allí dentro y con quién.
Lo raro era que no podía dormir, y no por el ruido, es que simplemente no tenía sueño. Cogí una manta y me fui al sofá. Me puse una película, una de esas películas de amor que solía ver con algunas amigas del orfanato, claro... cuando éramos amigas. Todo se fue a la mierda...
No quería verla sola, acabaría llorando. Cogí mi móvil y llamé a Marcos.
-¿Diga? - Dijo medio dormido.
-Marcos... ¿puedes venir?- Contesté. - Por favor...
-Pero... ¿qué pasa?
-Por favor.
-Está bien, en quince minutos estoy allí.
Me alegró saber que venía. La verdad, me sentía rara viviendo sola. Solo llevaba allí un par de día y acababa hablando sola. Aunque haya sido una mierda pasar mi infancia en aquel horrible sitio, a la vez había mucha gente con la que me encariñé. Y de golpe, perderlos a todos y vivir sola, era difíci...
_______________________________________________
Bueno, ya sale Rubius *-*
Al parecer no se lleva muy bien con la prota e.é, es un malote :D
¿Qué creéis que pasará? :D
ESTÁS LEYENDO
Será cosa del destino. | Rubius y tú |
Fanfiction______ Suárez, abandonada por sus padres nada más nacer. Es criada por las monjas en un orfanato de Madrid. No sabe muy bien que es ser independiente, pero tiene que abandonar el orfanato al cumplir sus dieciocho años. Fuera de aquella cárcel solame...