Será cosa del destino. | Rubius y tú |

Capítulo 54. Lucía.

-Así que está es la famosa Lucía. - Dije, bajo los efectos del alcohol.

-¿Qué haces aquí? - Preguntó Rubén.

-Pensé que te alegraría verme. - Soltó la muy...

-Pues la verdad es que no. - Contestó él. Sonreí al oír eso. - ¿Qué quieres Lucía?

-Lo cierto es que no sé que hago aquí.

Vale... eso me tomó por sorpresa, ¿era una especie de loca?

-¿Cómo dices? - Vuelve a preguntar Rubén.

-Bueno... he vuelto a la ciudad. Primero fui a tu antiguo piso, pero me abrieron otras personas. Llamé a Mangel y me dijo que vivías aquí. Solamente quería verte.

Estaba diciendo delante de mis narices que quería ver a MI novio. Era increíble. Solté una carcajada y saqué las llaves de mi bolso.

-Bueno... no pensaba pasar la noche en mi piso, pero no hay más remedio. - Comencé a tambalearme hasta la puerta de mi piso.

-No, espera. - Rubén me agarró del brazo. 

-Rubén, estoy muy cansada. 

-¿Te he estropeado el polvo? - Soltó Lucía.

¿Pero quién se pensaba esa que soy yo? 

-¿Perdona? - Me di la vuelta y la miré.

Tampoco era tan guapa - si, es lo que suele decir una cuando está celosa - .

-Mira, incluso borracha no me pienso rebajar a tu nivel. - Contesté, después sonreí mentalmente.

-Bueno... un día quedaremos y hablaremos. - Le dice a Rubén.

Encima va y le suelta eso. En mi mente ya la había partido la cara tres veces. 

-Lo que tú digas. - Contestó Rubén indifirente.

Tal vez fue el alcohol, o mis celos, pero esa respuesta suya me molestó. Lucía se había marchado, había desaparecido tras la pared.

-¿Lo que tú digas? - Pregunté.

-Vamos... ¿qué querías que le diga?

-Pues... ¡Hola Lucía, te presento a _____ mi actual novia! Qué coicidencia, venimos de su cumpleaños en donde casualmente le he dicho que la amo. ¿Qué tal si te vas y me dejas en paz? - Contesté.

-_____, no la conoces. Eso sería un reto para ella. No solo hemos roto por lo que te conté, ella era muy posesiva. 

-¡Le has dado la razón! - Chillé.

-No chilles. - Eso ya era el colmo.

-¿Sabes qué? Acabo de cumplir los diecinueve, no me estropeará nadie el día. 

Metí la llave en mi puerta.

-¿Es que no vas a pasar? - Me preguntó él señalándome su casa.

-Hasta mañana Rubén.

Fue lo último que dije. Pasé a mi piso y lo primero que hice fue lanzar los tacones al suelo. Llegaron hasta la puerta del balcón, no me molesté en recogerlos. Estaba que echaba humo. ¿De verdad había pasado eso? parece una escena de las típicas películas americanas. Estaba cansada, borracha y enfadada. No entendía como había aguantado mis ganas de matar a Lucía, pero, como había dicho antes, no iba a rebajarme a su nivel. 

'' _____, no la conoces. Eso sería un reto para ella. '' recordé las palabras de Rubén. Ella si que no me conocía a mi, si se iba a quedar en Madrid, iba a conocerme...