-La he cagado, lo sé, no tendría que haber llamado. - Repetía ella una y otra vez. - De verdad, ¿en qué estaba pensando?
-Nora, tranquilízate, por favor. - Contesté.
-Llegará en cuestión de horas, y yo estoy aquí, asustada, sudando y sin saber que decirte. ¡Hace cuatro años que no la veo!
Estaba empezando a acabar con mi paciencia. La entendí -en realidad no- pero, ¿en serio? Vamos... yo ni la conocí a la mía.
-¡Pues yo no la conocí! - Chillé de golpe. Me arrepentí al segundo.
Lo sé, a veces me meto yo, como si todo girase a mi alrededor, pero... no entiendo como podía estar tan nerviosa, bueno, vale, sí que lo entiendo.
-Lo siento... - Añadí. - Esto no tiene que ver conmigo...
-No te preocupes, es mi culpa, no he pensado en ti.
-No tienes que pensar en mi, tienes que pensar en ti. Ahora te vas a tranquilizar, y cuando venga, hablaréis.
-Hablaremos, o tal vez ella me de una bofetada.
-Eres mayor de edad, ya no te puede mandar. Aunque... tampoco lo hizo hace cuatro años. - Traté de decir eso con tono de broma, por su cara vi que no se lo tomó muy bien. - Lo siento... - Me disculpé por enésima vez.
-No estás consiguiendo que me tranquilice, me pones más nerviosa. - Bufó.
-Iré a llamar a Rubén, a ver que puede hacer.
Salí del salón y me dirigí a la puerta, aunque antes de salir oí a Nora decir ''Empeorarlo, eso puede hacer'', y bueno, no le contesté. Abrí la puerta de mi casa y me dirigí a la que había al lado, a mi derecha. Llamé al timbre varias veces, era raro, pero aún no teníamos copia de las llaves, aunque nunca se me ocurrió pedirle unas. No tardó en abrirme la puerta.
-¿Qué ocurre? - Preguntó él, por su pelo y su ropa deducí que estaba durmiendo.
-Pues... Nora llamó a su madre, después de cuatro años. Se dirige aquí, o bueno, se dirigen, los dos padres de Nora. Ella está muy nerviosa, y yo estoy a punto de meterle una bofetada. - Dije rápidamente, después tomé una bocanada de aire.
-Tranquila, tranquila.
¿Qué teníamos todos con esa maldita palabra? ¿tranquila? ¿en serio?
-¡Cuándo le dices a alguien que se tranquilice, se pone más nervioso!
Y después me di cuenta de que eso mismo llevaba repitiéndole yo a Nora una hora, una y otra vez. Normal que se ponga nerviosa, incluso yo me puse nerviosa.
-¿Y qué se supone que tengo que hacer? ¿llorar? - Volvió a preguntar.
-No, tienes que venir y ayudarme, me dará un ataque.
Él bufó. Cogió sus llaves de encima de un armario que había a la entrada. Le agarré de la mano, cerró de un portazo, y volvimos a mi piso. Nora estaba sentada - al fin se había sentado -, mirando a un punto fijo, seguramente en un universo paralelo, donde no tenía que encontrarse con sus padres en cuestión de horas, pero, teníamos que devolverla a la realidad.
-¡Eh, Nora! - Agité mi mano por delante de su cara. - Vuelve con nosotros.
-Me matarán, me ahorcarán y después me lanzarán al mar, me comerán los tiburones.
-Bueno, los tiburones dan igual, ya estarás muerta antes. - Soltó Rubén, yo me reí, aunque en bajo, no quería parecer insensible. Nora le fulminó con la mirada. Le di un golpe a Rubén, como diciéndole ''Eh, un poquito de tacto.''
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Será cosa del destino. | Rubius y tú |
Fanfiction______ Suárez, abandonada por sus padres nada más nacer. Es criada por las monjas en un orfanato de Madrid. No sabe muy bien que es ser independiente, pero tiene que abandonar el orfanato al cumplir sus dieciocho años. Fuera de aquella cárcel solame...