Capítulo 46. Te quiero.

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-Desde que he venido me tienes encerrada en casa, ¿no damos una vuelta? - Pregunté aburrida.

-Claro, si está nevando y todo.- Sonríe.

-¿Me acercas la maleta? 

-Si.

La cogió del suelo y como estaba abierta se salió toda la ropa, cayó al suelo.

-Joder... - Suspiré.

Ambos empezamos a meter la ropa dentro de la maleta. Rubén cogió la gorra que me había regalado, también había caído.

-¿Te la has traído?

-Claro.- Sonreí.

-Pensé que no te gustaban las gorras.

-Y no me gustan, pero este es el mejor regalo que me han hecho nunca. 

Él me contestó con una sonrisa. Ya habíamos recogido toda la ropa del suelo. Cogí unos vaqueros, unas botas y EL JERSEY, y digo EL JERSEY porque era el del bigote. Me cambié de ropa allí mismo.

-Pensé que te da vergüenza.- Me dijo mirándome de arriba abajo.

-Es que antes estaba desnuda, ahora llevo ropa interior.

Seguí visiténdome hasta que Rubén vio mi jersey.

-¡Oh, la señorita bigotes ha vuelto! - Se acercó a mi y me puso la gorra. - Así mejor.

-Si piensas que saldré así a la calle estás muy equivocado. - La tiré encima de la cama.

-Oye, abrigate bien que hace mucho frío.

-Si mamá. - Suspiré y saqué un abrigo de la maleta.

Salimos a la calle y era cierto, hacía mucho frío, además de que estaba nevando. Yo caminaba con pose de ''perchero'', es decir, con las manos estiradas. 

-¿Tienes frío? - Preguntó él.

-¿Cómo te has dado cuenta? - Contesté.

-Amo tu bipolaridad, eres cariñosa y un segundo después vuelves a ser tú. - Dice irónicamente.

-Cállate y abrázame, que tengo frío.

Colocó su brazo sobre mi hombro y me pegó a él. Yo tenía muho frío, mis dientes se movían por su cuenta de arriba abajo. Y yo temblaba. 

-No pensaba que en Noruega hacía tanto frío. - Suspiré. Con ese suspiró se formó vaho delante de mi boca.

-Hay muchas cosas que no sabes de Noruega.- Sonríe.

Seguimos caminando, la verdad es que las vistas eran preciosas.

-Oye...

-Dime. - Sigue mirando adelante.

-Ya he hablado con tu madre, ya sabe que llevamos una semana.

-Ya lo sé, lo supo mientras comíamos.

-¿Y me dejas sentirme culpable como una idiota?

-Si. - Sonríe.

Rubén P.O.V.

-¡Te odio! - Empezó a darme golpes en el hombro.

-Mientes fatal. Y deja de golpearme que hace frío y tú también te estás haciendo daño.

-Vale... - Suspiró.

Estaba entre mis brazos y me parecía tan mona, miraba al suelo como hacía siempre que estaba nerviosa, y su cara tenía ese color rojizo que a mi tanto me encantaba. Lo bueno es que estaba nevando así que nos paramos.

Será cosa del destino. | Rubius y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora