Capítulo 56. En las buenas y en las malas.

15.1K 595 50
                                    

Maratón 1/3

Y tirarte y llorar. Y darte cuenta de lo mucho que duele querer tanto a alguien. Y pensar en el pasado, en como todo llegó a cambiar. En como meses antes todo era tan distinto. En como una persona puede pasar de estar alegre a estar trinte. Y saber como cambié, porque cambié, y eso se notaba. Llegué a ser alguien más fuerte, más realista. Alguien que ha llegado a saber que es amar, y lo que es sufrir de muchas maneras diferentes. En como pudieron llegar las lágrimas a doler tanto. A quemarme por dentro y a no poder pararlas. Y pensar en como las cosas pueden cambiar en tan sólo 24 horas. 

24 horas antes.

-Lo siento... - Le dije a Cristina.

-_____, entiendo que estés celosa.

-¡No estoy celosa! - Mentí.

-Vamos...

-Fue mala idea venir a verte. - Suspiré y me levanté. - Mejor me voy.

-Últimamente Rubius y tú no estais muy bien.

-¿Por qué dices eso? - Me di la vuelta al oírla.

Vale... tal vez no pasábamos por el mejor momento. Y sí, yo estaba muy rara, muy borde y si, lo admito - aunque no delante de Cris - estaba algo celosa.

-Porque sí. Pero esto no es por Lucía, esto es por ti.

-¿Por mí? - Sinceramente, no la entendía.

-Sí, por ti. 

-Adiós Cristina. - Salí de su piso.

Me dirigí a casa. Empecé a llorar por la calle sin motivo. Tal vez guardarme las cosas no era tan bueno al fin y al cabo. Marcos llevaba días sin decirme nada. Desde la fiesta. Le necesitaba, pero él estaba con María, y no podía ser tan egoísta. Total... llevo desde los cinco años solucionando mis propios problemas. Lo confieso, no sabía que pasaba conmigo. Tenía un nudo en la garganta, un nudo que era muy difícil de deshacer. ''Pero esto no es por Lucía, esto es por ti.'' tal vez eso fue lo que más dolió, porque era cierto. Era una maldita borde con él, y una cría, y me enfandaba por todo, pero, lo que hacía mejor que todo eso era quererle demasiado. 

-Tal vez ahí has fallado. - Me dije a mi misma.

Llegué delante de mi piso y me limpié las lágrimas. Decidí llamar a la puerta de Rubén, así que me giré y di dos toques a la puerta. No tardó en abrirme.

-Hola.- Sonrió.

-Hola. - le sonreí de vuelta.

-¿Has llorado? - Preguntó, aquello me tomó por sorpresa.

-No... es que hay mucho viento y me ha entrado algo en el ojo.

-Claro... en los dos.

-Rubén, no he llorado.

-Está bien. - Sonríe. - Pasa.

Pasé dentro, me senté en el sofá y cogí a Raspby, la cuál no tardó en sentarse sobre mi y dormirse. La acaricié mientras miraba al infinito, con cara embobada.

-_____, ¿qué te pasa? - Preguntó.

-No lo sé. - Suspiré. - Tengo la sensación de que sobro por todas partes. Llevo días siendo rara e insoportable.

-En lo segundo estoy de acuerdo. - Río para no darle importancia al tema, pero si tenía importancia.

-Esto no es una broma Rubén. Nos estamos distanciando, hace un par de días nos decíamos que nos amábamos, y ahora... 

Será cosa del destino. | Rubius y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora