Capítulo 64. Cita pendiente.

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-¡Adiós! - Nos despedimos Rubén y yo al unísono.

-¡Adiós! - Contestó sonríente.

Yo cerré la puerta. Volvimos al salón.

-Es agradable conocer a una criaturita del señor. - Dijo él.

-¿A una qué? - Pregunté confusa.

-¿Alguna vez vas a ver alguno de mis malditos vídeos?

-Claro, cuando tenga tiempo. 

-Siempre dices lo mismo.

-Bueno, ya veré alguno...

-Vaga.

-Que no tengo tiempo, la tienda y las clases de dibujo me quitan todo el tiempo. - Suspiré.

-Pues los fines de semana.

-Estás tú aquí, todos los fines de semana. Y no me apetece ver vídeos de ti, contigo.

Él bufó, yo reí ante su reacción.

-Te prometo que me los veré. - Le besé.

-Bueno... está bien... - sonrió. - Y que sepas que eso es chantaje emocional.

Yo reí al oír eso. Ya era prácticamente de noche, Nora se había pasado bastante tiempo en mi piso. 

-Bueno... tú y yo tenemos una cita pendiente. - Me dijo en el oído.

-¿Ah sí? ¿y eso? - Me hice la tonta.

-Pues, vine como un caballero a la salida, a por mi princesa, y me plantó. - Añadió.

-¡Yo no te planté! - Chillé, después ambos reímos. - Ella estaba mal.

-Pues, tendremos que salir un día en el que ambos tengamos tiempo. Hmm...

-Mira en tu agenda. - Dije irónica.

Él salió de mi casa, sin decirme nada. Me quedé un rato con el ceño fruncido, en medio del salón. No sabía si enfadarme o reírme, aquello era de locos. Bufé, después me acerqué a la puerta. Antes de que la abra sonó el timbre, abrí y era él.

-¿Estás mal de la cabeza? - Pregunté.

-Me dijiste que busque en mi agenda.

-¡Ironía Rubén, ironía! - Chillé.

-Bueno... ironía o no, miré cuando podríamos salir.

-¿Cuándo?

-¿Quiere esta señorita salir a cenar conmigo esta noche? - Me preguntó, me ruboricé en ese mismo instante.

-No lo sé, tengo que consultar yo también mi agenda.

-Esperaré. - Se apoyó en el marco de la puerta.

Saqué mi teléfono, simplemente encendí la pantalla, metí el patrón y volví a apagarla.

-Estás de suerte, esta noche no tengo planes.

Él me besó y sonrió. Algunas veces hacíamos unas tonterías... Me sentía una cría cuando estaba con él, hacíamos estupideces todo el día, y he de decir, que no me molestaba en absoluto, es más, era lo que me alegraba.

-Bueno, ahora te vas. - Le susurré.

-¿Qué? - Me miró confuso.

-Tengo que prepararme. - Sonreí.

-Yo pensé que íbamos a salir así.

-Vamos, vete. - Literalmente le eché de mi casa.

-Adiós. - Me dio un beso rápido antes de que le cierre las puertas en sus narices.

Será cosa del destino. | Rubius y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora