Solté un gruñido al oír el despertador. Pase la noche anterior entre sollozos y pañuelos mientras recordaba viejos momentos, reabría la herida que tanto me costó cerrar, ¿por qué? por las malditas palabras de Rubén. Lo odiaba tanto en ese momento, me odiaba a mi misma. Deseaba encerrarme en una maldita habitación y poder dormir, o llorar, o golpear a mi pobre osito de peluche que tantos puñetazos míos se había llevado desde que yo tenía siete años.
Pero no, no podía hacer nada de eso. Tenía que levantar mi culo de la cama y vestirme para ir a trabajar. Maldito trabajo, cuando tenía once años siempre repetía ''Quiero ser mayor, salir de aquí, tener trabajo y dinero'', puff... en ese momento lo único que deseaba era volver a tener once años, prefería ir al instituto antes que tener que ir a trabajar. Aunque yo era un tanto rara, no era de las que odiaba los estudios, ni que las cateaba todas, yo era más de libros y de estudiar. Por eso tuve esa fama de bicho raro, pero a veces hasta me hacía gracia que la gente se molestase siquiera en llamarme todas esas cosas, si ya me daban totalmente igual.
Me levanté, me senté en un lado de la cama mientras me frotaba los ojos. Lo veía todo borroso, la persiana estaba subida hasta la mitad, pero no había apenas luz en la habitación. No me metí a la ducha, no me apetecía mojarme. Simplemente me lavé la cara y me recogí mi pelo en una coleta en lo alto de mi cabeza. Me vestí y por encima me puse un abrigo, uno gordo ya que hacía mucho frío.
Desayuné algo y salí a la calle. El frío me congeló mi cara al instante. ''¿Y está es mi época favorita del año?'' pensé, pues si que soy rarita.
Caminé hasta la tienda mirando al cielo, pensando en todo lo que pasó el día anterior. Pensando en si podría perdonar alguna vez a Rubén. Pensando en que le diría a Thous, y pensando en como superaría todo. Al llegar dentro intenté sonreír y me puse manos a la obra sin hablar con nadie. Tan solo saludé a Patri y me puse a trabajar.
Al mediodía la tienda estaba bastante llena, cosa no muy normal ya que no mucha gente entraba en esa tienda. Cuando finalmente miré el reloj era mi hora de salir, me alegré por mis adentros y me fui a coger mi mochila.
Pensé en ir al hospital, sin pasarme por casa. Y eso hice.
Fui en autobús. Llegué en unos veinte minutos y subí a la habitación de Marcos.
-¡Hola! - Saludé a... ¿nadie? - ¿me echabas de menos?
Me senté en el sillón que había a su lado.
-¿Sabes? Todo me va fatal. Vuelvo a estar sola, justo cuando pensaba que tenía alguien en quien apoyarme resultó ser un completo gilipollas. Y te necesito tanto, y tú... tú te pasas el día durmiendo mientras que yo voy a trabajar, y voy a emborracharme. A veces quisiera estar en tu maldito lugar.
Las palabras salían solas de mi boca. Pero, supongo que así era, deseaba estar en su lugar. No tendría que preocuparme por nada, ni por nadie.
-Cuidado con lo que deseas. - Soltó María, entrando por la puerta.
-Oh... estabas aquí.
-Así es, llevo varios días visitándole, no sé, me siento culpable.
-No es tu culpa, no es la culpa de nadie. Todo pasa por una razón. - Solté.
-Bueno, al menos es agradable hablar con alguien, a veces hablo con Marcos pero está claro que no obtengo ninguna respuesta. - Sonríe.
Le devolví la sonrisa y seguimos hablando. Era un buen momento para hacerme amiga de ella, era prácticamente mi cuñada, por llamarla así, teniendo en cuenta que Marcos para mí era un hermano. Y era distinta de como yo me la imaginaba.
Rubén P.O.V.
Me desperté con un dolor de cabeza muy fuerte. Estaba sólo, Mangel y Cheeto se marcharon la noche anterior. Cuando me levanté de la cama me vino la imagen de _____ entrando cabreada en su piso. ''¿Sabes qué? ¡Vete a la mierda!'' sus palabras estaban grabadas en mi mente y se repetían una y otra vez. Tenía ganas de vomitar, lo veía todo borroso y mi aliento apestaba a vodka.
Miré mi teléfono, al parecer al día anterior le envié varios mensajes, lo cierto es que no me acordaba ni de la mitad, aunque ella los había ignorado todos. No me apetecía comer nada, tenía el estómago cerrado. En mi salón resaltaban las botellas vacías y los vasos tirados encima de la mesa. Mis dos gatitas se peleaban en el sofá.
Lo único que pude hacer fue sentarme en el sofá, mirar a un punto fijo y pensar en que se suponía que tenía que hacer para que _____ me perdonara. Pedirle perdón no sería suficiente, pero de alguna manera tenía que empezar.
Me vestí y me peiné un poco. Y me fui directamente a su puerta. Llamé al timbre. Una vez, dos e incluso tres. Nada, nadie abría. ¿Me evitaba? Tal vez no estaba en casa. Volví a mi piso, lo único que se me ocurría en ese momento era ponerme a grabar algo, hacía días que no publicaba nada, así al menos podía pasar de todo un rato, olvidarme de todo lo ocurrido el día anterior.
_____ P.O.V.
-¿Y te acuerdas en navidad? Marcos te quitó el regalo que ibas a abrir y lo has perseguido por toda la habitación. - Soltó María entre risas.
Yo me reía con ella. Recordábamos cosas del orfanato. Era gracioso, estábamos juntas a todas horas pero apenas hablábamos.
-Y entonces Tania le puso la zancadilla. - Añadió, mi cara cambió.
-Si, me acuerdo.- Sonreí. - Era justo el regalo de Tania. Ese conejito de peluche con un corazón en el medio en el que ponía ''amigas para siempre''.
-¿Aún no sabes nada de ella? - Preguntó.
-No. A veces la echo de menos, pero recuerdo lo de Hugo y me dan ganas de pegarles a los dos. - Suspiré.
-Pues yo creo que a Tania le gustaba Hugo, es la única explicación razonable.
-No hay explicación razonable, era mi única oportunidad de salir de allí. Yo nunca le habría hecho algo así a nadie. Ni siquiera a alguien como Hugo o como sus amigos.
Miré al reloj, al parecer me había pasado tres horas con ella, hablando sobre cosas del pasado. Me vino bien hablar sobre eso con alguien que pasó por lo mismo que yo. Ella comprendía todo lo que yo decía. Era como una sustituta de Tania, por así decirlo, aunque nadie podía sustituirla.
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Bueno, quedan unos 12 capítulos para el especial de navidad, si subo uno o dos capítulos al día no parecen tantos ^^
Pasarán muchas muchas cosas en estos 12 capítulos, no serán sosos :3 e intentaré que no sean tan tristes :D
Quería daros las gracias y que os violaría a abrazos a todos, que tengo casi 7000 visitas, que para mi son muchas y significan un montón :3 Así que muchas gracias ♥
Votos, comentarios y corazones homosexuales (?) ♥
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Será cosa del destino. | Rubius y tú |
Fanfiction______ Suárez, abandonada por sus padres nada más nacer. Es criada por las monjas en un orfanato de Madrid. No sabe muy bien que es ser independiente, pero tiene que abandonar el orfanato al cumplir sus dieciocho años. Fuera de aquella cárcel solame...