Capítulo 21. Tarde de tonterías.

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Al despertarme tenía el móvil lleno de mensajes, uno de ellos era de Cristina, ''Ey, ¿haces algo esta tarde?'' La llamé, que costaba menos.

-¡Hola! - Saludó ella.

-Ey rubia, no, esta tarde no hago nada.

-Genial, es que hoy libro. ¿Quieres hacer algo?

-Pues, siendo sincera no me apetece salir de casa.

-Ya... por lo de Marcos.

-¿Y tú como te has enterado? - Me sorprendió, yo no se lo había dicho.

-Me lo dijo Mangel, se lo habrá dicho Rubius.

-Ahh... va. 

-Bueno, como eres tan vaga y yo tan buena persona me paso esta noche por tu casa. ¿Peli y hablar de tonterías? 

-Hecho. - Sonreí, aunque ella no me veía. - ¡Adiós!

-Adios.

Esa tarde no iba a ver a Marcos, no era mala persona ni nada, pero había recibido un mensaje de María que decía que iba ella, que necesitaba verle y estar un rato a solas y lo respeté. Igual me venía bien una tarde sin ir al hospital, no me deprimiría tanto ya que venía Cristina. 

Me puse a recogerlo un poco todo ya que tantos días fuera de casa todo se llenó de polvo. Lo recogí todo rápidamente, y me hice uno de mis especiales moños chonis para andar por casa. Me quité mi pijama y me vestí, dejando el pijama doblado encima de la cama. Y me fui a ''desayunar'' aunque eran las dos de la tarde, había dormido mucho.

*****

Sonaba el timbre. 

-¡Hola! - Salté a sus brazos.

-Lo sé, me quieres.- Dijo ella.

-Pasa. - Sonreí.

Pasó a mi casa y se fue directamente al salón, tumbándose encima y dejandome poco espacio a mi. La empujé un poco sin conseguir nada, por muy delgada que estaba tenía una fuerza increíble, y yo llevaba varíos días algo... ¿débil?, comía muy poco y apenas dormía. Por no hablar de la borrachera del otro día.

-Bueno... ¿algo nuevo en tu vida? - Preguntó ella.

-¿Algo como que tú mejor amigo está en coma, no se mueve ni un pelo y encima te vas de fiesta y te emborrachas? - Pregunté irónicamente.

-Pues... yo no lo habría explicado mejor. - Frunció el ceño. - ¿Qué pasó?

-Pues nada, me dio un ataque de locura por llamarlo de alguna manera.

-¿Fuiste a emborracharte tú sola? ¿estás loca? 

-No, fui con Rubén.

-Pff... pues no sé que es peor. - Suspiró.

-Eh... ¿peor por qué?

-Se pone algo tonto cuando bebe.

-Pues conmigo no se puso tonto, o eso es lo que recuerdo. Lo cierto es que no recuerdo gran cosa. 

-Osea, ¿tú te vas de fiesta y yo trabajo como una loca por una mierda de sueldo?

En eso tenía razón, lo cierto es que la entendía. Yo llevaba varios días pensando en dejar el trabajo de camarera, ganaba una mierda y además estaba algo lejos para ir a las tantas de la mañana, y encima quedaba como un mes para las navidades, si comenzaba a nevar me congelaría. 

Será cosa del destino. | Rubius y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora