El chico de al lado

Entonces...

Sé que tenía que actualizar ayer, lo siento. Este capítulo es para CamiiRomeu que cumplía ayer! Muchísimas gracias por todo❤️

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-¿vodka?- pregunté viendo la bebida que Jake me pasaba. Ya me había acostumbrado a su barba, más desde que un poco de salsa de espagueti había quedado en ella.

-¿me lo estás preguntando o me lo estás diciendo?

Tomé otro sorbo a la bebida.

-si, es vodka.

-¡excelente! ¿Quién diría que en menos de un mes pasaríamos de: "esto es limonada con gas" a vodka?.

Rodé mis ojos pero por dentro reí. Jake pensaba que me la pasaría de fiesta en fiesta. Creo que ya he confirmado que las fiestas definitivamente no son lo mío, pero mostró tanto entusiasmo que no pude decirle que no. Tal vez solo quería salir a emborracharse acompañado con una excusa.

Dudaba que en Columbia hicieran fiestas de este tipo; pero no podía decir eso en voz alta sin sonar presumida. Fuera como fuera, no estaba mal aprender a beber un poco, creo que ya lo tengo claro por experiencia.

Además le había tomado cariño al bar. Me gustaban los cuarentones que siempre iban a quejarse de sus esposas, me gustaban los chicos de 15 que negociaban por una cerveza, me gustaba la señora mayor que había quedado viuda hacia unos meses, y me gustaban los bartenders que coqueteaban con todas. La mesa de billar de madera oscura daba un tono cálido a la habitación. Me agradaba mas que al que iba con Dylan.

-puede parecer ridiculo, pero créeme que ayudará.- me dijo la primera vez que pase por esa puerta logrando que sonara la campanilla, fuertes y alegres saludos retumbaron mientras tomaban otro sorbo de sus bebidas. Había sido una bienvenida exagerada, exagerada y alegre.

Aunque seguía odiando las fiestas.

Tenía una lista de razones por las que no debía asistir a una:

1. Me emborracho.

2. Terminé casi acostándome con un tipo la vez que fui.

3. Casi me acuesto con Dylan enfrente de toda su familia debido a una.

4. Prefería un balazo a vomitar.

5. No me caracteriza el hecho de ser divertida.

Y esas eran cinco de las 27 razones que había copiado en mi libreta. Arranque las páginas donde tenían planes de otras universidades. Arranque los precios, las cotizaciones y elimine la selección de compañera de cuarto que había escogido. Había eliminado todo y seguido adelante.

Mi compañera en Nueva York sería Sara Wang. Asiática, con un promedio similar al mío y de actitud positiva, o al menos eso decía su perfil de admisión. Supongo que uno no debía poner cosas malas y hábitos erróneos. En fin ¿qué molestias me daría una asiática de promedio alto?

Jake había comprado un boleto de avión, un boleto a Nueva York. Había decidido acompañarme, cosa que llegue a agradecer ya que los aviones me aterran. Y por qué no quería ir sola, no a un país extranjero donde la ciudad nunca duerme, la definición de locura no existe y se nombra como la capital del mundo.