-Narra Alex-
Me desperté cuando la poca luz que entraba por mi ventana comenzó a molestar en mi cara, sentía la extraña calidez de un cuerpo sobre mis brazos, por lo que abrí mis ojos y salte de mi cama con bastante rapidez.
- Pero que...- Dije perplejo por un instante.
Dana se encontraba sobre mi cama envuelta en todas mis cobijas, por un instante pensé en levantarla y renegar el por qué estaba ahí, hasta que mi sueño encajo todo correctamente y me di cuenta que no había sido un sueño... Ella pidiendo que la besara, yo besándola y trayéndola hasta acá.
Me senté un momento a reflexionar todo lo de anoche, aún tenía un leve dolor de cabeza pero todo empezaba a cobrar sentido y los recuerdos borrosos se hacían más claros, no estaba lo suficiente ebrio para no acordarme. Deje sus pocas pertenencias a un lado suyo en caso de que despertara, tome un leve desayuno y después decidí tomar un baño.
Para cuando salí Dana en la cocina murmurando para ella misma por lo bajo.
- No recuerdo nada de ese momento...- Escuche decir a Dana por lo bajo antes de que pudiera llegar a la cocina, mi corazón dio un salto al oírla, estaba nervioso no sabía qué diablos decirle.
- Hola Dana.- Dije como si nada me importara.
- Hola- Se escuchaba algo desanimada, ¿abra sido mi culpa?
- ¿Pasa algo malo?- Pregunte.
- Nada importante... solo que no recuerdo que diablos hice ayer después de la segunda botella.
- ¿Enserio? – Debe estar jugando, ¿enserio no recuerda que paso ayer?, ¡todo lo que tuvo que hacer para que terminara cayendo ante sus encantos y a hora no lo recuerda!
- Si... es algo frustrante, hace que me duela más la cabeza.- ¿¡Frustrante para ella?! Ahora caerá en mi conciencia lo que hicimos anoche, y será toda mi culpa.
- Vaya, entonces si estabas demasiado borracha y yo que te creí de que tenías conciencia, bueno también estaba algo ido y me sorprendí al verte ahí a mi lado esta mañana, pero supongo que era algo que pasaría igual.- Dije un poco molesto pero no me quedaría con el cargo yo solo.
- ¿Qué?
- ¿Qué?- Le dije viéndola, es como si no se hubiera dando cuenta de mí.
- ¿¡que acabas de decir!?
- Lo que paso anoche, supongo ¿no querías saber? – Igual terminaría diciéndoselo.
- Yo...- Se quedó en silencio mientras su cara se tornaba roja y no sé si exactamente de ira.- ¡Por qué diablos me dejaste hacer esto!
- Tú me lo pediste.- Me defendí, si empezara a gritarme como siempre al menos podre saber que yo no empecé.
- Pero... No estaba consiente, simplemente pudiste dejarme tirada por ahí, por que tenías que hacerme caso.- Claro como si fuera tan sencillo.
- Estaba bajo tus ordenes no lo recuerdas, dijiste que tenía que hacer todo lo que quisieras y como no pasaba de las 12... y me suplicaste tanto...- Ese recuerdo hizo que riera, de cierta manera fue divertido verla en ese estado y supongo que la pase bien.
- Eres un...- Alzo la mano pero se la detuve, al fin y al cabo ninguno de los dos tenemos derecho a reclamarnos nada.
- Hey... yo no tengo la culpa de que te acercaras tan seductoramente a mí y los efectos del alcohol nos consumiera a los dos, además...- Me le acerque lo suficiente para dejarle en claro que no estaba enfadado y que lo que paso ayer de cierta manera me agrado y no lo estaría divulgando en todas partes.- Sera nuestro secreto.
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Days of our lifes
Ficção AdolescenteUna novela juvenil llena de emociones, sentimientos y aventuras con amigos. Cuatro jóvenes se enfrentan a la etapa de preparatoria llena de experiencias inimaginables que en su vida pudieron esperar, pronto se darán cuenta que es solo el comienzo de...