Capítulo 68 :No quiero perderla (Dia 13)

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-Narra Alex-

Camine sin ningún rumbo y termine en la cabaña, me senté en las escaleras y mire la noche tan tranquila. La nieve comenzó a caer de nuevo y lentamente sentía una angustia enorme dentro de mí, miedo, coraje, impotencia. Soy un verdadero estúpido por no darme cuenta antes de todo esto y poderlo evitar como fuera lugar, no quería herir a nadie y termine justo así, Aby tenía razón, debí alejarme de todo. Entonces me tendí sobre la nieve del suelo y cerré mis ojos.

Dana es una persona divertida, activa, es realmente atractiva y de carácter fuerte, es independiente y es lo que me gusta de ella, ¿pero es eso lo que me gusta de ella o soy adicto a como tenemos sexo desenfrenado?

Por otro lado tengo a Liza, una mujer inteligente, dulce, encantadora, tranquila, linda a la vista, sensible, delicada como una flor, misteriosa, amo su sonrisa, sus ojos que tanto me brindan paz, su manera de ser hace que todos la adoren, eso me atrae de ella pero ¿estoy realmente enamorado de ella o solo me veo obligado a corresponderle porque ella me ama?

No me agrada la idea de que alguna se vaya de mi lado, sin importar que no sean nada de mí no quiero que se vayan y las estoy perdiendo de cierta manera, soy un egoísta, soy un mentiroso, soy la peor persona que pudieron conocer y de nuevo me encuentro en esta situación, por eso pierdo a la gente, me odio a mí mismo.

- ¿Alex?

- ¿Liza?- Dije abriendo mis ojos y viéndola ahí parada alado de mí.- Hola. Salude.

- ¿Qué haces ahí tirado?

- Aclarando la cabeza- Me puse de pie.- ¿Tu qué haces aquí, tan noche?

- Salí a caminar, suelo hacerlo desde que llegamos.

- ¿Enserio?

- Si.

- No lo sabía...- El pensamiento de ver a Alonzo y Liza hicieron que volviera a sentir cierta pesadez.

- ¿En qué pensabas ahí tirado? ¿Te preocupa algo?

- ¿puedo preguntarte algo?- Le dije.

- Claro, lo que quieras.

- ¿Quieres entrar? Está haciendo algo de frio y pues...- Me di cuenta que traía un pantalón algo ligero de pijama, se miró por un momento y luego se rio por lo bajo.

- Te tomare la palabra.

Ambos entramos en la cabaña, encendí la calefacción y prendí la luz de la cocina solamente, ambos nos sentamos en la sala.

- ¿y bien? Dudo que lo que hayas querido preguntar era si quería entrar.

- En eso tienes razón.- Reímos de nuevo.

- Bueno y entonces, ¿que era?

- Me gustaría saber un poco más de ti- Sus secretos, todo de ella, quiero saberlo.

- ¿Cómo qué?

- Te seré sincero y franco.- Respire hondo- ¿Besaste a Alonzo?

El silencio que se hizo casi me contesto por completo, pero quería oírlo de ella, quiero saber que me ha olvidado.

- Besarlo como tal, no creo.- Dijo al fin.

- ¿Qué?

- Fue un accidente, tropezamos y rose con su labio cuando intente levantarme, pero no podría considerarlo como beso.

- Con que eso paso- Dije para mí y por suerte ni me escucho.

- ¿Por qué lo preguntas? Y ¿Quién te lo dijo?

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