Narra Liza:
El día anterior había pasado muy rápido al igual que este, pasaban de las 10 pm y yo seguía ensayando mi canción en piano, a Alex y su grupo no le haba visto por ningún lado ni habían venido a pedirme el aula de música, parte de mi estaba nerviosa, el evento era pronto y más que por mí era por ellos. Me detuve a las 10:30 tan de repente que Alonzo se quedó preocupado.
- ¿Segura que te sientes bien?, te dije que no te forzaras tanto, tu pie aún está mal.
- Estoy bien gracias, descansare un momento y después seguiré.
- ¿segura?
- Estoy segura, ahora vete a dormir.- Insistí.
- Pero...
- ¿Sigues aquí?- Dijo Alex sorprendido al abrir la puerta.
- ¿Puedes creerlo?- Le dijo Alonzo.
- Por favor, no he ensayado desde hace días es claro que quiero practicar, el evento es pronto.
- De acuerdo pero no te sobrepases tanto- Dijo Alex mientras entraba a tomar una guitarra acústica.
- Es lo mismo que llevo diciéndole desde hace rato- Alonzo me miro y después a él. - ¿planeas ensayar a esta hora?
- Si un poco, pero no la canción que presentaremos, solo quiero tocar un rato algo fuera de la rutina.
- Bueno entonces, creo así puedo retirarme, aún tengo cosas por acomodar de los de teatro.
- Claro, vete sin cuidado.
- Te alcanzo en un momento- Le dije antes de que saliera.
Alex tocaba cuerdas al aire, como si no tocara ninguna canción pero parecía que lo fuera, era tranquilo y combinaba con el sonido de la chimenea, el aire frio era inevitable desde la noche anterior había nevado un poco como si fuera escarcha y hoy mientras disfrutaba del sonido de la guitarra los copos de nieve caían por la ventana.
- ¡Está nevando!- dije poniéndome de pie y casi tropezando.
- Cuidado- Dijo Alex dejando de tocar.- ¿estás bien?
- Si, solo tropecé con la pata del piano, estoy bien.
- Yo te ayudo.- Fue hasta mí y sosteniéndome de un brazo me ayudo a salir del taburete, me pare junto a la ventana mientras veía como todos salían contentos a recibir los copos de nieve.
- Es hermoso- Dije después de un largo silencio.
- Lo es- Dijo siguiendo tocando su canción.
- Alex- Dije casi sumida en mis pensamientos.
- Dime.
- ¿iras a mi presentación verdad? – Sentí cierto cosquilleo en mi interior.
- Claro que iré, te prometí que iría, además quiero escuchar esa canción de nuevo, es hermosa.
- Gracias.
Dejo de tocar y fue a sentarse a mi lado, era como un sueño, al fin podía hablarle normal, sin miedo, a pesar de que el ahora sabia de mis sentimientos por el o al menos lo que ¿sentía?...
- Te enfermaras si no vas a calentarte y descansar.- Me dijo y tomo mi mano- Estas fría.
- Solo es un poco de frio- Dije retirando la mano.
- Sigue siendo frio, anda ve a descansar, mañana seguirás practicando si quieres, además Alonzo está preocupado por ti.
- ¿y eso a que viene? Ni que fuera algo mío.
- Es tu amigo ¿no es así?
- Si pero...
- Entonces es algo tuyo, no lo hagas preocuparse, estoy seguro que no es el único aquí que se pregunta a qué hora regresaras.
- De acuerdo- Le dije poniéndome de pie.
- Anda seguro está afuera.
- ¿Cómo lo sabes?
- Lo intuyo, así que ve, no dejes que se muera de frio afuera.
Cuando Salí, Alex había tenido razón, el esperaba sentado en el porche, mirando al cielo tan tranquilo, aun que podía verle temblar del frio. Por un instante me dio alegría verle así que lo contemple por unos segundos y después me acerque.
- Liza, ¿regresamos?
- Regresemos.
Ambos regresamos a la cabaña pero antes de llegar Alonzo lanzo una pregunta que hizo que se me helara todo el cuerpo.
- Liza, El chico del que hablaste la noche anterior...es Alex ¿verdad?
- Así es, pero la situación ha cambiado un poco.
- ¿En qué ha cambiado?
- Bueno... soy la menos indicada para estar a su lado, además creo que alguien más me lleva la delantera.
- Bueno no sé si sirva de mucho, pero yo pienso que eres una gran persona y si él sabe verlo, creo que le llevas ventaja a cualquiera.
- Gracias.
- De nada, si te soy de ayuda puedes confiar en mí, como un confidente, lo he sido para las chicas casi siempre, incluso mi hermana, así que puedes confiar en mí.
- Realmente te lo agradezco, puede que te tome la palabra, hay cosas que me gustaría sacar pero... no siempre puedo confiar en mis amigos cercanos y ustedes son diferentes.
- Pues si tienes algún problema, confía en nosotros, ahora... vayamos adentro, o te congelaras afuera.
Abrió la puerta por mí y Yesica y Yuki saltaron a mí para encontrarme, estaban tan abrigadas que casi deseaba que no me dejaran de abrazar.
- Estábamos preocupadas por ti.
- Creímos que algo podía suceder si salías sola, así que Alonzo regreso casi en cuanto llego.
- ¿se preocuparon por mí?
- Claro que si tonta, está herida de un pie y te esfuerzas demasiado.- Dijo Leila al otro lado del sofá.
- O estas de regreso, que bueno ya está nevando- Dijo Criss saliendo de una habitación.
- Lo vez, todos nos preocupamos por ti, así que cuenta con nuestra ayuda en lo que sea- Me dijo casi solo para mi Alonzo.
Lo tendré en cuenta, gracias.
ESTÁS LEYENDO
Days of our lifes
Teen FictionUna novela juvenil llena de emociones, sentimientos y aventuras con amigos. Cuatro jóvenes se enfrentan a la etapa de preparatoria llena de experiencias inimaginables que en su vida pudieron esperar, pronto se darán cuenta que es solo el comienzo de...