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—Viejo, ¿sabes qué hora es? —es lo primero que dice Harry al verme entrar en la habitación. Todas sus cosas se encuentran repartidas sobre la que será su cama durante el resto del año y él está de rodillas en el suelo, frente a su bolso medio vacío.

—Mi alarma no sonó, creo.

Me siento sobre mi cama y dejo mi bolso a un lado. Resoplo, cansado por la carrera que tuve que echar para llegar a tiempo. Desde que entré a este internado he pensado que en el primer día las clases tendrían que comenzar al menos dos horas más tarde que lo acostumbrado, de ese modo no tendría que correr de un lado a otro cada año, intentando equilbrar mi tiempo entre las clases y el orden de mis cosas en la nueva habitación.

—No creo que puedas ordenar ahora, quedan sólo diez minutos para el toque de timbre —dice mi amigo en cuanto me pongo de pie, como si pudiese leerme los pensamientos. Quiero decirle que lo sé, que no es necesario que me lo recuerde, pero él no tiene la culpa de mi retraso ni de mi mal humor.

La radio está encendida y me parece que tocan a los Backstreet boys. Por primera vez me doy cuenta de que los odio, pero en este momento me pregunto si es así por lo negativo y harto que me siento hoy o si realmente me gustan tan poco. El punto es que no me agrada escucharla, no ahora.

—¿Te molesta si apago el estéreo? —pregunto, pero Harry está demasiado ocupado escribiendo un mensaje de texto como para oírme, por lo que me levanto y le doy al botón de encendido/apagado y la habitación queda en completo silencio.

Mucho mejor.

Al cabo de unos minutos Harry se depega del teléfono y recién entonces se da cuenta.

—¡Hey, estaba escuchando música! —Se queja. Y yo no hago más que reírme y negar con la cabeza.

—¿Estás hablando con Brandy? —consulto, sabiendo que la respuesta será positiva. Últimamente se lo pasan hablando, estoy seguro de que no tardarán mucho en quedar de novios.

—Ajá. —Entonces su celular vuelve a sonar. —Dice que hay una chica nueva en la sección.

—Vaya —digo, sin prestar mucha atención—. Sólo espero que no sea tan chillona como Megan —bromeo y Harry suelta una gran carcajada.

—Realmente espero que no lo sea.

Me doy cuenta de que toda la habitación huele a desinfectante ambiental, cada año me pregunto si ponen esas cosas en las habitaciones para no tener que limpiarlas con tanto esmero o si es sólo un plus aromático.

El timbre suena y Harry se pone de pie automáticamente.

—Vamos.

Este año nuestra habitación está mucho más lejos de los salones que el año pasado, por lo que nos demoramos un poco más en llegar y alcanzamos a entrar en el momento justo en que el profesor Gauss comienza a cerrar la puerta.

Caminamos a lo largo del salón y tomamos asiento adelante de Toffee Hoult, una de mis mejores amigas, y la chica nueva, a quien le indica un papel arrugado en sus manos.

No hay tiempo de saludarla porque Gauss acaba de dar por comenzada la clase, regañando a través de la ventanilla de la puerta a alguien que no ha tenido la suerte de llegar a tiempo como nosotros. Y estoy seguro de que se trata de Chase Tropp, como siempre.

De pronto caigo en la cuenta de que Toffee conoce a la chica nueva. Por la forma natural en que se dirige a ella y por el hecho de haberse sentado junto a ella y no junto a sus amigas.

Me inclino un poco hacia Harry y pregunto despacio:

—¿Toffee conoce a la chica nueva?

—Claro, ella es su hermana —dice. ¡¿Su hermana?! ¿Los Hoult no son solo tres?

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora