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La mañana es fría, pero las cubiertas de mi cama están lo suficientemente tibias como para sentir que me abrazan cada vez que me muevo de un lado a otro.

Creo oír que la puerta de mi habitación se abre, pero estoy demasiado dormido como para estar seguro, aún más cuando no escucho ningún otro sonido después de eso. Hasta que un susurro vuelve a ponerme alerta, haciéndome dudar de si acabo de soñarlo o no.

—Oh, mierda —dice la voz muy despacio.

Una musiquita chillona le sigue. Es como el ringtone de Keyra, pero no podría estar seguro. Eso termina por despertarme. Abro mis ojos dejando un espacio tan leve que mis pestañas superiores siguen en contacto con las inferiores, sólo para asegurarme de que Keyra está en mi habitación. Y lo está.

Lleva algo en sus manos. En ambas manos estiradas en el aire. Me pregunto qué hora es. ¿Las 9am, tal vez? Ahora me pregunto qué tan temprano debió levantarse para venir aquí.

La música sigue sonando mientras está quieta y trata de hacer equilibrio con el objeto que carga para sostenerlo en una sola mano. La música termina de pronto y puedo oír un suspiro de alivio. Comienza a caminar lentamente a través de la habitación mientras yo me esfuerzo por no reír. ¿Quién soy yo para arruinar lo que sea que tiene en mente? Si me quisiera despierto, ya lo hubiera hecho ella misma.

Cierro mis ojos y ruego porque un talento oculto para actuar aparezca de pronto, haciéndome lucir completamente dormido.

Pone un peso leve cerca de mí, obligándome a retroceder en la cama hacia el costado junto a la muralla.

—Niall—susurra junto a mi oído. Asumiendo que eso es un permiso para abrir los ojos, lo hago.

Sonríe hasta que sus ojos se hacen pequeños y una risita arranca desde su garganta.

—Hola—dice. —Preparé el desayuno.

Oh. Tengo una novia que viene hasta mi casa para prepararme el desayuno.

—Qué delicia—digo. Mi voz ronca y grave. Quisiera decir algo más que sólo eso, pero sigo demasiado somnoliento como para pensar en otra cosa que agregar.

—Bueno, en realidad tu mama hizo casi todo el trabajo, pero yo ayudé y puse las cosas en la bandeja.

No puedo evitar reírme ante la idea de ella tratando de ser útil en la cocina mientras mamá lo hace todo. Estoy consciente de que no es fácil formar un equipo con mamá en la cocina, ella siempre quiere hacerlo todo, por lo que terminas sólo acaparando sus órdenes y haciendo lo posible por no sentirte como un inútil.

Se inclina para besarme en la frente. Un escalofrío me recorre al sentir la humedad de sus labios y la punta congelada de su nariz en mi piel.

—Ven—pido dando algunos golpes sobre la cama. Se quita las zapatillas sin ayuda de sus manos y se encarama a mi lado. Con un brazo estiro las sábanas pra cubrirnos juntos y ella arrastra la bandeja hacia nosotros.

Hay dos tazas que despiden vapor, dos vasos pequeños de zumo de naranja, una torre de crepes y un avión de papel perfectamente confeccionado.

—Trato de comprender la razón por la que un avión de papel aterrizó sobre nuestro desayuno—digo.

—¿Estaba pensando en un paseo más tarde, quizá? —responde tratando de ocultar su verguenza detras de la cortina de cabello que cae frente a su oreja. —A menos que ya tengas planes para hoy —agrega.

—Sí, lo siento. No estaba en mis planes verte hoy.

—Oh. No hay problema—se ríe nerviosa. —Tampoco es como si tuviera algo en mente para hacer, sólo... bueno, si es que salía algo de improviso, tú sabes.

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora