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Hay varios recesos durante el día, y después de almorzar, todos volvemos a la playa. Nos relajamos un poco, jugamos, y en un momento Keyra le da la razón a Lou al decir que me comporto como un niño. Eso de algún modo me revuelve el estómago, como si ella estuviese protegiéndome, como si yo fuese suyo. 

Me encuentro sentado sobre la tarima frente a todos mis amigos y compañeros de generación. El chico que hace de animador me pregunta qué voy a cantar, al tiempo en que recibo una guitarra y la acomodo sobre mis piernas. Estoy tan nervioso como nunca lo había estado antes al momento de cantar un poco, pero trato de lucir relajado, bromeando un poco antes de comenzar. 

—¿Qué nos vas a cantar, Niall? —pregunta el entusiasta animador, y me acerca un poco su micrófono.

—Uh, voy a cantar una canción de Shakira—digo. Automáticamente se oye una pequeña exploción de risa general. Pero cuando miro hacia Keyra me doy cuenta de que a ella le ha parecido un poco más gracioso que al resto. Sonrío cuando ella me mira. —No, no es cierto. Voy a cantar The A Team, por Ed Sheeran. 

No creí que funcionara realmente, pero me siento mucho más relajado cuando comienzo a tocar las cuerdas de la guitarra. Jamás he sido del tipo de persona que ama tanto a su guitarra que no tocaría otra que no sea la suya propia. Creo que es incluso un poco pretencioso, es decir, todas las guitarras tienen seis cuerdas, todas son de madera. No por tocar un instrumento que no sea mío significa que no vaya a sonar del mismo modo. 

No puedo quitar la vista de los ojos de Keyra, quien sonríe y contempla todo a su al rededor, no sólo a mí cantando en frente. Ella no podría dejar de percibir todo lo que la está rodeando, no es capaz de concentrarse sólo en mí sobre la tarima, o sólo en los chicos desordenándole el cabello y fastidiandola de un modo inocente. Keyra simplemente necesita fijarse en todo a la vez, disfrutar de la música en sus oídos, del lago a unos metros de ella, de nuestros amigos a su lado, de mi en frente, en fin, no deja pasar ni un sólo detalle. Jamás. 

Cuando estoy cerca de terminar, Harry la levanta y la pone sobre sus hombros. Ahora se ve más contenta aún, al punto en que su boca llega a abrirse un poco mientras sonríe, y el goce en su mirada es imposible de ignorar. 

Todos mis amigos aplauden para mí y dicen mi nombre un montón de veces cuando termino. No puedo hacer más que reírme un poco de la situación, pero sentirme felíz, porque en este momento todo se siente perfecto. 

Por ser el último día de campamento, no hay actividades programadas durante la noche, por lo que utilizo mi tiempo para matar en una llamada a mamá. No hemos hablado desde que me despedí de ella el viernes y si no la llamo pronto comenzaré a sentirme culpable, además de ella haciéndose la víctima en cuanto vuelva el fin de semana a casa. Por lo demás, sólo salí del instituto unas horas durante el viernes debido al campamento, por lo tanto se cumplirá una semana completa cuando vaya a casa de nuevo. 

—¡Hola cielo! —exclama contenta después del segundo pitido en la línea. 

—Hola, má, ¿Cómo estás? 

—De maravillas, Greg y Denise están aquí por ésta semana —dice. No alcanzo a decirle que me parece genial, cuando vuelve a hablar. —¿Qué tal el campamento? ¿Van a volver, ya? —Una pequeña costumbre suya, eso de hablar demasiado a través del teléfono, haciendo que las personas sólo se limiten a escucharla y responder en palabras cortas a sus miles de preguntas. 

—Sí, genial. Volveremos temprano por la mañana. 

—Oh, cariño, me alegra oír eso. Sé que lo estás pasando de maravillas, pero tu sabes que como madre yo...—debato internamente sobre la idea de hablarle de Keyra o no mientras ella no deja de transmitir acerca de sus necesidades como madre de tener a sus hijos cerca. 

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora