—¡Toff, Toff, Toff! —Exclamo, alcanzándola en medio del corredor después de biología. La tomo de una muñeca con el puño para asegurarme de detenerla. Pareciera que va deprisa, por lo que no pienso demasiado antes de hablar. —Ayúdame. Keyra está enojada porque le dije a Megan lo del cáncer.
—¡¿Le dijiste a Megan?! —chilla. Oh, genial, ¿ahora ella va a enojarse también?
—Sí, como que exploté y se lo dije, pero eso no importa ahora. ¡Qué hago! Tu eres chica, ¿se le pasará, no?
—Bueno, comencemos porque no debiste decirle eso, ¿en qué estabas pensando?
—Por favor, Toff. Hicimos esta campaña para los donantes, todo el mundo va a enterarse tarde o temprano. Por lo demás la campaña de los carteles fue tu idea, te lo recuerdo. Si Megan hubiese visto uno de ellos lo sabría de todos modos, ¿no es así?
Siento la satisfacción de tener ese punto a mi favor. Toffee sabe que tengo la razón. Y yo sé que ella lo sabe, y se siente jodidamente bien ganar una discusión con una chica al menos una vez.
Mira a ambos lados para asegurarse de que no hay nadie cerca, a excepción de los estudiantes que se mueven con prisa y que no tienen ningún interés en oír nuestra conversación.
Suspira.
—Sí, tienes razón —admite. Enarco una ceja y sonrío de medio lado, sólo para presumir un poco. —Déjala sola un par de horas y ya. No va a romper contigo, si es lo que te preocupa.
—¿Romper conmigo? Claro que no —digo, haciendo un gesto de restarle importancia. En realidad me preocupaba un poco, pero no es algo que vaya a admitir. Jamás.
—Si la molestas ahora, será peor. No insistas, sólo dale espacio y en un par de horas puedes acercarte de nuevo, pero asegúrate de decir lo siento. Y de sentirlo —agrega entre dientes. —Es en serio, Niall. Si no lo sientes, no te tomes la molestia.
—Si lo siento, Toff.
—Eso es genial. Ahora tengo que irme, Liam me espera.
En cosa de segundos, ya ha llegado hasta la esquina y doblado a la izquierda, entonces desaparece tras el muro.
Me esfuerzo por seguir su consejo, pero es difícil, sobretodo en literatura, donde Keyra está sentada en la misma fila de mesas que yo y sólo el pasillo entre columnas se interpone entre su lugar y el mío. He mirado hacia ella al menos quince veces desde que comenzó la clase, y aún no se cumple el primer período.
Nos han dado esta pequeña tarea de clases en que tenemos que encontrar cada metáfora, comparación y otros elementos literarios dentro de un poema de Charles Bukowski. Puedo comprender cada palabra que leo, pero la forma en que este sujeto las pone juntas en frases es completamente ridícula, ni siquiera tiene sentido para mí.
¿«Escalando un templo de oscuras enredaderas»? ¡Qué diablos!
En la desesperación por concentrarme y terminar esta tonta tarea, me he desordenado todo el cabello sin siquiera darme cuenta. Una mala costumbre que he tenido desde que tengo uso de la memoria.
Miro a Louis, sentado junto a mí y está muy concentrado haciendo su trabajo. Tanto, que está a punto de terminar con las últimas líneas del poema, mientras que yo apenas voy en el tercer verso. Miro a Keyra, junto al pasillo: tan concentrada como Lou.
De pronto tengo una idea. No va a ayudarme con la tarea, pero sí con Keyra.
—¿Puedo arrancarle una hoja, Tommo?—pregunto, tomando su cuadernillo en mis manos.
—Seguro.
—Gracias—digo y le arranco una hoja con impaciencia. Si algo he aprendido de todas las cosas que Greg me enseñó de niños, es a construir un avión de papel que aterrice perfectamente. Él los construía para lanzarmelos por la cabeza y fastidiarme, yo no haré eso con Keyra, por supuesto. Pero de algún modo agradezco que Greg haya sido tan fastidioso cuando éramos más chicos.
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Keyra en las nubes (fanfic n.h)
FanfictionNiall nunca se ha enamorado. En su penúltimo año de instituto, lo único que le preocupa son las tardes de pizza y videojuegos con sus amigos, salir de fiesta y no tener problemas. Hasta que la extravagante hermanastra de su mejor amiga llega desde e...