—Cinturón—ordeno una vez que nos subimos al auto.
—Ya—Keyra rueda los ojos y abrocha su cinturón.
—Beso—digo, palpando mi mejilla con un dedo. Keyra se estira y besa mi mejilla, medio riéndose.
—¿Ésta va a ser nuestra rutina de viajar en auto?—pregunta mientras enciendo el contacto y el motor ruge.
—Ya que insistes... —digo, sonriendo de medio lado.
Necesito concentrarme mucho en el camino a través del agua corriendo por el parabrisas. Está lloviendo más fuerte ahora y por lo general, algunos idiotas salen a conducir en los peores momentos, por lo que necesito ser cuidadoso para evitar un accidente causado por alguno de ellos.
—¡Guau, amo ésta canción! —Keyra chilla de pronto cuando una canción de los Backstreet Boys suena. Deja ésa estación de radio y sube el volumen antes de acomodarse en el asiento de acompañante.
Honestamente, no me gusta esa canción, pero sé cómo Keyra los ama. Ruedo los ojos y niego con la cabeza, riéndome mientras ella canta destemplada cada palabra del coro.
De pronto me descubro a mí mismo deleitándome con la alegría que Keyra propaga en todo el interior del auto, cantando sin esforzarse, pero muy, muy animada. De pronto ésta se convierte en mi canción favorita, porque ella está felíz después de mucho tiempo gracias a ella.
Me uno a ella cantando en el coro y Keyra comienza a reírse, interrumpiéndose a sí misma cada vez que desafina.
—¡Es injusto! Estás opacando mi concierto —literalmente grita en medio de su risa histérica.
—¡No es cierto! —me quejo.
Keyra sigue cantando y trato de subir a una octava del tono en que los Backstreet Boys cantan, pero ella sigue estallando en carcajadas todo el tiempo, contagiándome hasta hacerme sentir anestesiado de tanta risa. Ha pasado tanto tiempo desde que ella no se comportaba de esta forma, que casi había olvidado cómo se sentía escucharla reírse de esa manera.
Después de veinticinco minutos conduciendo y tratando de evadir los embotellamientos que hay por todas partes, aparco frente a la entrada principal de la Clínica de Londres. Keyra, como siempre, se ha dormido durante el viaje.
Una vez que logro despertarla y me he encargado de entregar sus datos en el mesón central, como Will siempre hace, caminamos juntos hasta el Box 16, donde el Doctor Straw nos espera con las mismas preguntas rutinarias de siempre.
—Hola, Kat—Keyra dice cuando una chica que ronda los veinticinco años entra en la habitación.
—¿Cómo has estado, pequeña? —ella pregunta muy amable mientras conecta el tubo transparente al catéter de Keyra. —¿Lista para comenzar el nuevo ciclo?
Keyra niega con la cabeza, como una niña que se niega a comer. Le lanzo una mirada de advertencia y ella comienza a asentir. Kat se ríe, sin dejar de presionar botones en las máquinas alrededor.
El Doc ya se ha ido con la información que Keyra y yo le proporcionamos sobre su progreso. Ella no tuvo problemas en toda la semana, eso debería ser un gran avance, ¿no es así? Más vale que lo sea.
—No vayas a moverte demasiado. Volveré más tarde—Kat dice y sale de la habitación, no sin antes darme una sonrisa de despedida.
Kat es linda y sumamente amable.
Arrastro una silla hasta el sillón en el que Keyra está sentada y tomo su mano. Al menos no tiene que estar en una silla incómoda para recibir todas estas sustancias extrañas en su cuerpo.
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Keyra en las nubes (fanfic n.h)
FanficNiall nunca se ha enamorado. En su penúltimo año de instituto, lo único que le preocupa son las tardes de pizza y videojuegos con sus amigos, salir de fiesta y no tener problemas. Hasta que la extravagante hermanastra de su mejor amiga llega desde e...