—¿Estás bien?
—Sí —dice, pero el tono en su voz no acompaña a la sonrisa fantasma que me da.
Después de conversar y reírnos durante un largo rato, sentados sobre el cesped, Keyra me ha dicho que la acompañe a preparar sus cosas para ir a casa. La tarde avanza dentro de su habitación, y su semblante se ha desanimado apenas recibió un mensaje de Toff en su teléfono. Estamos los dos recostados sobre su cama, yo en el costado que no toca la pared.
—Key, tu sabes que puedes confiar en mí, ¿cierto?
—Por supuesto que sí—dice. Se remueve sobre el colchón para apoyarse con sus codos sobre él. Me mira. Me da un suave y corto beso, y mi piel se tensa sobre mí. —Tu también puedes contar conmigo siempre.
Recojo un mechón de cabello para ponerlo detrás de su oreja. Nunca creí que sería la clase de novio que hace eso. Sólo tuve una novia antes de Keyra, cuando rondaba los catorce años y no era precisamente del tipo de noviazgo serio. Me parece que sólo tomé su mano una vez, luego olvidé que tenía una novia. Por lo que, no, jamás le quité un mechón de cabello de la cara.
—Tengo que preparar mis cosas para el fin de semana, Will ya viene por mí.
Una de las tantas cosas graciosas que tiene, es el hecho de llamar a su propio papá por su nombre. Conozco a algunas personas que lo hacen, pero no son demasiadas. Yo jamás en toda mi vida he llamado a mis padres por sus nombres. Para mí ellos se llaman Mamá y Papá. Y no hay más.
—No te vayas—gimo, arrugando el gesto en un falso puchero.
—¡No hagas eso! —Exclama, riéndose y permitiéndome ver sus ojos caídos en los exteriores, antes de cubrirme la cabeza con una almohada. —Puedes acompañarme mientras preparo todo.
Me quito la almohada de encima y asiento sonriente. De un segundo a otro comienzo a sentirme cono Toffee y Liam, cuando estaban en la habitación discutiendo sobre conocer a sus familias. ¿Keyra se negará como Liam lo hizo?
—Podrías almorzar en mi casa un día—propongo—digo, mañana, o el Domingo. Así conoces a mi familia.
Mientras Keyra me mira con una expresión intraducible en su rostro, todo lo que puedo pensar es «No seas como Liam, no seas como Liam, no seas como Liam»
—¿Conocer a tu familia? —pregunta, haciendome sentir que todo el mundo se detuvo en cuando propuse mi idea.
«No seas como Liam, por favor»
—¡Claro! —exclamo con entusiasmo —Ellos te amarán.
—Si tu lo dices —sonríe al fin —, sólo si prometes que no van a odiarme. Me da mucho temor no gustarles.
No puede estar hablando en serio. Keyra no tiene ni el más ínfimo detalle que pudiese provocar algo más que simpatía o admiración en el resto de las personas, sobre todo en mamá, yo sé que ella la amaría al instante, y Greg también, incluso su novia Denise. Una persona sólo podría no simpatizar con Keyra por dos razones: 1. Si no la conoce y crea un prejuicio por algun estúpido motivo. O 2. Si es Megan.
—No digas tonterías—me río—. Eres perfecta.
Se inclina de nuevo para besarme, ésta vez con una sonrisa metiéndose entre nosotros. Creo que nunca me va a parecer algo normal el recibir sus besos, nunca voy a dejar de tensarme al darme cuenta de que ella está a punto de hacerlo. Ni de disfrutarlo como si fuese la única oportunidad de tener sus labios en los míos.
Pasa su cuerpo por encima de mí para saltar al otro lado y llegar a la puerta de su armario. La observo mientras lo abre y pasa el peso de su cuerpo de una pierna a otra, chocando la yema de su dedo índice contra su mejilla en una evidente posición de ¿qué-demonios-debería-llevarme?
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Keyra en las nubes (fanfic n.h)
FanfictionNiall nunca se ha enamorado. En su penúltimo año de instituto, lo único que le preocupa son las tardes de pizza y videojuegos con sus amigos, salir de fiesta y no tener problemas. Hasta que la extravagante hermanastra de su mejor amiga llega desde e...