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Me despierto por la mañana con la misma sonrisa estúpida con la que me fui a dormir por la noche. 

Pero no dormí. 

Mirando a Harry por el rabillo del ojo me doy cuenta de que está despierto también, y los monitores ya han pasado cantando por sus altavoces un par de veces, por lo que no hay forma de ignorar que hoy es el día musical y que nos quedan como diez minutos para estar listos, y contando en reversa. 

Su respiración se lanza y vuelve a caer. —¿Estás despierto, Horan?

—Yep. —digo. Mi voz ha sonado más ronca de lo que esperaba. Pienso en el desayuno, y lo único que me incita a levantarme para ir al galpón es el hecho de ver a Keyra, mas no comer. No tengo nada de hambre, y estoy seguro de que ella tiene toda la culpa. 

Suspiro. —¿Te pasa también? ¿No tienes hambre por Brandy y toda esa mierda de gente enamorada?

No dice nada, pero lo confirma con una risa. 

—Oh, Dios —digo. —Estamos jodidos, hombre. —Vuelve a reírse conmigo, es bueno saber que mi amigo se encuentra en la misma situación que yo, aunque un poco adelantado, por el asunto del beso y de tener citas. 

Pero su expresión cambia a seria de la nada. —¡Joder, Niall! —Exclama como un loco. Se incorpora sobre la cama en menos de un segundo, haciendo sonar el viejo colchón bajo su trasero. —Esto es en serio, necesitamos fútbol y cosas de hombres. 

 —Por favor, Harold. No es tan terrible —¿Cómo podría ser terrible? Es la sensación más asombrosa, eso de las cosquillas extrañas en el estómago, y... 

Mierda. 

Sólo con mirar mi expresión, Harry puede notar que ya me he dado cuenta de lo que me está tratando de transmitir. Nos estamos conviertiendo en chicas o lo que sea, y tenemos que pasar más tiempo con nuestros chicos, y menos pensando en ellas. Disimularlo, al menos. 

—Bien —dice, una vez que saltamos de nuestras camas. —Lo primero es tardarnos menos de dos minutos en elegir la ropa. 

—Eso es fácil. Lo hago todos los días. 

—Genial, yo también. —Dice rápido, haciendo que me pregunte cómo no se le traba la lengua cada vez que comienza a hablar así. —Lo segundo es tomar una ducha fría. 

Me río, porque no hay manera de que yo haga eso. Es estúpido tomar una ducha fría cuando tenemos agua caliente aquí, ¿Qué demonios? —Olvídalo, amigo. Estoy fuera de eso.

                                                                        *

—¡Ahh! —Exclamo, una vez que ya he metido todo mi cuerpo debajo del chorro congelado que cae de la regadera. No puedo creer que me haya convencido de hacer ésta estupidez. Se me pone toda la piel de gallina y siento como si estuviese sosteniendo la respiración en la garganta, porque el impacto del agua sobre mí es lo suficientemente desagradable como para mantenerme con los músculos y el resto del cuerpo relajados. 

Es la ducha más corta me he tomado jamás. 

—Con esto es suficiente —me quejo —, ya me siento como un hombre. Y no por hacer cosas de hombre, sino por hacer cosas de idiotas. 

Harry se ríe y niega con la cabeza al tiempo que limpia sus orejas con la toalla. Se está riendo de sí mismo. —Somos tan estúpidos. Al menos me siento más seguro ahora, y mis músculos están como marcados o algo. Espero que sigan luciendo así cuando Brandy me vea en el galpón. 

Lo golpeo en las costillas con mi codo. —Idiota. —digo, y los dos nos desternillamos.

Para cuando llegamos al galpón, todos los demás ya están ahí y Zayn me ayuda a juntar dos mesas de picnic, de modo que todos podamos sentarnos y estemos cómodos. No tardo en deslizarme hasta el lado de Keyra, y su forma de saludarme con una sonrisa me deja completamente fuera de línea, no sé si es porque hoy se ve especialmente linda o por todo lo que Toff dijo ayer en la fiesta sobre ella. De cualquier modo, me encanta. Y todo lo del fútbol y hacer cosas de machos, se esfuma de mi mente, porque comienzo a sentirme como un chiquillo de doce años de nuevo, sobretodo cuando ella se ríe y gira su cabeza hacia Brandy, haciendo que todo su cabello suelte su aroma de frutas que aún no logro descifrar. 

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora