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—¿Aquí está bien? —consulto al detenerme junto a una farmacia de las grandes cadenas.

—Sí, supongo que sí—musita. Es una chica muy fuerte para no estar llorando en este momento. Me imagino lo sola que debe sentirse para recurrir a mí fuera de todas las personas a las que conoce y con las que pasa la mayor parte de su tiempo.

—¿Necesitas dinero?

—¡No! —dice—Claro que lo pagaré por mí misma. Gracias de todos modos.

—Esperaré aquí. A menos que quieras...

—No—interrumpe. Salta fuera del auto. —Gracias, Niall. Estaré de vuelta en un minuto.

Asiento y ella cierra la puerta.

Suelto todo el aire que estuve guardando sin siquiera darme cuenta. ¡¿Un test de embarazo?! ¿En serio, Megan? Me pregunto si esto surgió de una verdadera relación o de algún juego de una noche o dos. Espero realmente que ese test no salga positivio, por su bien. No puedo imaginar a Megan con una panza por el instituto. Mucho menos tratándose de ella, que siempre está preocupándose de las apariencias y de lo que el resto de las personas opina.

Cuando vuelve retomamos el camino hasta su casa. Qué ironía el hecho de haber asistido a una charla sobre sexualidad hace apenas un par de horas. Ella debió haber estado muriendo por dentro a lo largo de toda la charla.

—Aquí es—dice al pasar frente a una casa de madera blanca rodeada de arbustos. El terreno es grande y se parece bastante a mi casa, pero dispuesta al revés.

—¿Vas a estar bien?

—Depende de lo que ésta cosa decida—dice agitando el test en sus manos. Ella bromea incluso cuando su futuro soñado podría estar a punto de terminar.

—Puedo acompañarte, si quieres—suelto antes de pensarlo bien. No puedo dejar a una chica completamente sola con un test de embarazo positivo en sus manos, ¿no es así?

—¿Lo harías?

—No voy a entrar al baño contigo, pero...

—¡Claro que no! —exclama y medio se ríe con el ceño fruncido.

—Venga, vamos a sacarte de esta duda—digo, quitándome el cinturón de seguridad. Los dos nos apeamos del auto y la sigo hasta el interior de su casa. No hay nadie ahí dentro, por supuesto. De otro modo, dudo que ella me hubiese pedido acompañarla.

Subimos por las escaleras y ella se mete rápidamente en el baño.

—Hay una silla por ahí, en algún lado—dice desde el interior.

Miro a mi al rededor y sólo veo la silla con ruedas del desordenado escritorio en una esquina de la sala. La alcanzo y la arrastro hasta la puerta del baño. Me siento justo ahí.

—Joder, ni siquiera sé cómo funciona esta cosa—suspira.

—¿No hay instrucciones en la caja o algo? —pregunto. Es aliviador saber que no sabe utilizarlos. Eso significa que jamás ha estado en esta situación antes.

—Aquí están, ya las encontré—dice.

Me alejo un poco de la puerta para no oír cómo hace pis encima de esa cosa. Vi «Juno» en una oportunidad y recuerdo muy bien que la protagonista pasaba los primeros cinco o diez minutos de la película bebiendo zumo de naranja para luego hacer pis sobre el aparato de test. Y definitivamente no quiero escuchar cómo Megan lo hace.

—Tengo que esperar cinco minutos antes de saber el resultado, por favor hablemos sobre algo. No podré aguantar esos cinco malditos minutos si no tengo algo con qué distraerme.

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora