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Estoy desconcertado. ¿Vino por mí? ¿Tal vez sólo tenía algo que hacer con Toffee? Pero Toff está felíz, diciéndome que Keyra está aquí, eso tiene que significar que sí es para verme a mí. Da un par de pasos, hasta que comienza a vacilar y se detiene. ¿Y qué hay con ese girasol en su mano?

Camino hacia ella sin tener ni puta idea de qué voy a decirle, ni cómo va a reaccionar cuando la bese. Si no quiere que me acerque demasiado, lo siento mucho. No puedo hacer otra cosa. No puedo esperar un segundo más para volver a ella, y me desespero por cada paso que doy más cerca.

Prácticamente me lanzo a abrazarla cuando por fin la alcanzo.

—Perdóname—dice antes de que la apriete en mis brazos.

Respiro fuerte y cierro mis ojos. Entierro la cara en su cuello y todo su pelo se mueve al rededor. Su olor, su escencia. ¿En qué estaba pensando cuando creí que podría estar sin ella? No puedo dejar de tenerla por la cintura, no soy físicamente capaz de dar un paso lejos.

Me acerco a su rostro y la beso como un loco desesperado.

—Te extrañé tanto, joder—digo y vuelvo a presionarla contra mí. Me aseguro de estar muy cerca de ella, tirando cuidadosamente de su nuca.

—No espero que un girasol mejore todo, pero no se me ocurría qué más hacer—menciona insegura.

Me guardo todas mis emociones en el bolsillo cuando ella dice eso y me río despacio. Incluso cuando creo que voy a colapsar y no sé cómo sentirme, Keyra puede hacerme reír con alguna de sus salidas extrañas.

—Con eso basta—digo. Tomo su cabeza con mis manos para besarla en la frente. —Te amo.

Vuelvo a poner los pies en la Tierra cuando me doy cuenta de que algunas personas nos están mirando. Esto está sucediendo demasiado rápido, y puedo decirlo por el ritmo con el que mi pulso corre.

Nuestros amigos comienzan a gritar y chiflear, aplaudiendo, saltando y todas esas cosas que sólo ellos hacen. Los arruina-momentos, nos han llamado un par de veces. Si antes no estábamos llamando la atención de las personas en el corredor, ahora lo estamos haciendo gracias a su alegórico espectáculo. Cuando me doy vuelta hacia ellos, son las chicas, Louis y Zayn. Harry se une a ellos al salir del salon de ciencias.

—Sabía que este par no podía estar más de unos días separado—Harry dice, negando con la cabeza.

Keyra los está mirando también con sus mejillas levemente rojas. Suspira y entierra su rostro en mi sweater.

—Dios, qué vergüenza—dice, cerrando los ojos como si estuviera contando antes de estallar.

No sé si se avergüenza de ellos viéndonos, o de ellos haciendo el ridículo y llamando la atención del resto de las personas. Sea lo que sea, definitivamente va a tener que acostumbrarse a esta clase de escenas.

—Ven, salgamos de aquí—digo. Tomo su mano y me estremezco con el primer tacto después de lo que parecieron décadas. Puedo decir que Keyra se siente igual, por la forma en que su mano me presiona como por acto reflejo. La miro y sonrío, aunque ella esté mirando sus pies sobre el piso de madera y no a mí.

—¿Vamos a ir al riachuelo? —pregunta en cuanto salimos del edificio y me estira su mano con el girasol.

No tenía pensado un lugar para ir, pero el riachuelo suena como el lugar perfecto ahora que ella lo propone.

—Sí—digo. Recibo su girasol con mi mano libre. —Gracias —sonrío.

Tengo tantas preguntas que hacerle, necesito saber si me extrañó tanto como yo a ella, ¿Qué la animó a venir hasta aquí? Seguro fue una decisión de último minuto, de otro modo hubiese llegado temprano por la mañana junto a Toffee, ¿no? Sin embargo, el girasol. El bendito girasol que trajo para mí.

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora