REGLA 39: SEXO.

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      Las gradas están llenas, puedo escucharlo a pesar de estar en el baño. La gente grita descontrolada esperando el inicio del partido y yo estoy aquí, besando a esta mujer que me vuelve loco de tan solo pensarla.

- Yume. - Dije separándome un poco de sus labios. Ella me miró entrecerrando los ojos porque sabía muy bien lo que significaban esas 4 letras.

- Faltan menos de 5 minutos para que empiece el partido. - Me regañó manteniendo sus brazos alrededor de mi cuello. - Se lo que quieres pero no te lo daré, no ahora.

- Yume, por favor. - Apoyé mi frente en su hombro y la abracé más fuerte, si es que eso era posible. -¿Lo sientes? - Estaba tan cerca de ella que pude escucharla cuando tragó saliva.

- Si, pero eso no cambiará mi veredicto. - Me dio un rápido beso antes de soltarse de mi abrazo. - Gana este juego y te daré lo que quieres.

- ¿Sabes lo que quiero? - La miré fijamente a los ojos y no pude evitar morderme los labios para no ir corriendo a besarla nuevamente.

- Esa cara me dice que no te conformarás con sexo oral. - Colocó sus manos en su cintura intentando verse un poco más autoritaria, pero eso solo logró hacerla parecer más tierna.

- Estás en lo correcto, mi cara habla bien. - Ella soltó una enorme carcajada, no sin antes llevarse la mano a la boca para taparse. Desde que la conozco tiene ese raro hábito, pero no importa, me hace feliz verla reír.

- Para eso tendrás que ganar el partido de hoy y prometerme que trabajarás muy duro en la construcción del salón de juegos. - Se acercó nuevamente hasta donde yo estaba y me apuntó con el dedo índice.

- Eso es fácil. - Sonreí hasta que sentí un ligero golpe en el glúteo. Suspiré sonoramente y la abracé antes de que se escapara, pero antes de que pudiera darle una nalgada, la bruja malvada versión 2.0 vino a interrumpir.

- Oso, tenemos que salir. - Se asomó por debajo de la puerta del cubículo como si fuera un acosador, no me quedó otra opción más que soltar a mi princesa para abrir la puerta.

- Me lo debes. - La señalé mientras me alejaba a regañadientes.

- Si lo quieres, gana el partido. - Ohh Yume, no tienes idea de todo lo que me esforzaré para lograrlo.

- Que envidia. - June suspiró mientras caminábamos hacia la cancha. - Yo también quisiera celebrar la victoria de un partido con sexo.

- ¿Y Samantha? - Pregunté luego de ponerme un clip en el cabello para que al sudar no me molestara en la cara.

- Menorrea. - Suspiró nuevamente mientras ataba las trenzas de sus zapatos.

- ¿Oral? - Intenté ofrecer una idea pero el negó con la cabeza.

- En los días de menstruación solo le gusta que la bese y la abrace. No me deja ir más allá.

      Ambos equipos nos reunimos en el centro de la cancha antes de empezar, y Hendrick, el capitán temporal del otro equipo, dijo unas palabras de ánimo, luego hicimos nuestro grito oficial para dispersamos por la cancha. Hoy jugaré en la ofensiva.

- No te deprimas. - Le dije a mi amigo el cual estaba delante de mí esperando que el entrenador lanzara el balón al aire. - Son solo 4 días así que cuando termine, solo debes exigir 4 merecidas rondas de sexo, una detrás de la otra.

- ¿Quieres que muera? A lo sumo dos y me estoy arriesgando. - El balón estuvo en el aire pero mi amigo falló en robarlo y terminó en manos del otro equipo.

CÓMO ESTUDIAR MEDICINA Y NO MORIR EN EL INTENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora