REGLA 61: CASADO CON LA MEDICINA.

234 14 0
                                    

Viernes. 10 días restantes para el examen de pediatría.

      El dolor punzante que siento en la región occipital es estresante, al punto de cambiar mi estado emocional tan drásticamente que me hace preguntarme si podré sobrevivir estos últimos 3 años.

- Necesito café con carácter de urgencia. – Dijo Alek notablemente cansado luego de lanzarse sobre la alfombra colorida.

- Y yo. – Contesté tras suspirar. – Puede ser café o cualquier otra droga.

- No está bien que nos exploten de esta manera. – Ese que habla es Daniel, el cual, acaba de entrar al salón de juegos con expresión melancólica. – Siento que me tendrán que hospitalizar a mí.

- Te apoyo. – Me senté en el suelo, junto a Alek, y en el proceso, escuché crujir mis articulaciones, algo similar a una puerta oxidada.

- Juro que si otro niño llora, yo lo haré junto a él. – June entró también, completando el grupo de la Clase A que hace guardia hoy.

- Lo único que me motiva a seguir esta tortura es la pediatra. ¿Haz visto esas piernas? – Daniel comenzó a hablar sobre mujeres, como siempre.

- Obviamente las he visto, es imposible no hacerlo si se pone esas faldas de secretaria. – June se unió al tema y yo suspiré. Ellos son felices de esa manera.

- Me gustaría que mi novia tuviera un cuerpo así... bueno... ex novia. – Todos fijamos la mirada en el chico que hablaba.

- ¿Ya? No me jodas Daniel. No duraron ni dos semanas. – Exclamó Alek entre risas, haciéndome reír también.

- Lo nuestro no iba a funcionar, lo mejor era detenerlo a tiempo. – Se excusó, pero nosotros aún no parábamos las carcajadas.

- Entonces, ¿Cuál fue la razón esta vez? – June se interesó en el tema.

- Me dijo que no soy bueno con la lengua y que lo tengo pequeño. – Dijo tras un largo silencio para luego cubrir su rostro con las manos.

- Vaya... mi sentido pésame. – El moreno pretendía esconder la risa, sin embargo, su intento fracasó.

- No se si sentirme mal por ti, o por ella. – Alek ni siquiera se molestó en disimular la gracia que le hacía el asunto.

- No le des importancia, Dann. Ya vendrá otra chica mejor. – Intenté consolarlo. – Y si no, siempre puedes probar con un chico. – Dije y este sonrió. Aparentemente funcionó mi intento de animarlo.

- Buenas, disculpen. – Una chica delgada de piel pálida y cabello claro, se asomó por la puerta del salón. Lleva puesto un vestido rojo y zapatos de tacón alto. Me pregunto qué hace aquí.

- ¡Oh! ¡Erick! – Exclamó para luego correr y lanzarse sobre Alek.

- Ira, Ira, ¡Cálmate! Soy Shura. – Explicó el rubio mientras se sacaba a la chica de encima. - ¿Qué haces aquí?

- Me perdí, así que decidí entrar a este lugar porque escuché voces. – Dijo para luego sentarse sobre la pequeña silla rosa. – Busco al doctor Petrov.

- Estás bastante lejos. Cirugía plástica es en el otro edificio. – Alek parece bastante amable al hablarle. Por lo general, suele ser serio y altivo cuando de mujeres se trata.

- ¿En serio? – Su expresión se entristeció. Es una chica bastante simpática, y supongo que pensamos igual al imaginarnos que pretende hacerse una cirugía innecesaria.

CÓMO ESTUDIAR MEDICINA Y NO MORIR EN EL INTENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora