REGLA 31: LA VENGANZA NUNCA ES BUENA.

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     Perfecto.

      Sin duda perfecto.

      A Aleksandr Field sin duda le queda perfecto ese traje vinotinto. Cuando lo vi, tenía una mano en el bolsillo y con la otra sostenía su copa. Parecía un modelo posando para una foto. Su característico cabello largo y despeinado había sido cambiado por un estilo corto y arreglado, que en un inicio, me entristeció, pero luego de adaptarme, incluso me parece que lo hace ver más sexy, más masculino, más malvado.

      Hoy tengo que hacer muchas cosas, por ejemplo, saludar a un novio que no veo desde hace una semana, soportar estos incomodos zapatos y drogar a las hermanas Olive para que Tephy sea feliz. Lo se. Suena horrible porque lo es.

      Para cumplir el primer propósito, recorrí toda la fiesta buscando a Erick, y cuando lo vi, caminé hasta él para sorprenderlo.

- Hola. - Dije mientras me escondía detrás de su espalda.

- Ohh hola. - Se giró para verme y darme un beso en la mejilla. - Estás muy linda.

- Gracias, tu también lo estás. - Al fin. Una conversación normal. Se supone que los saludos sean así, no que me quede viendo de arriba a abajo como un animal en peligro de extinción para luego insinuar que le gustan mis tetas. - Feliz cumpleaños. - Agregué luego de una pausa en la que solo intercambiábamos miradas.

- Es feliz porque estás tú aquí. - Dijo para luego abrazarme. Que tierno, demasiado para mi gusto.

- Me dijeron que te enviara el regalo por correo, pero si hacía eso, podía dañarse, así que pensé que era mejor dártelo en persona. - Extendí la bolsa hacia él para que pudiera tomarla.

- No puede ser. - Vi sus ojos verdes hacerse mucho más brillantes. - Yo la busqué pero solo vendieron 100 ejemplares. - Sacó la revista de la bolsa mientras la miraba incrédulo.

- Me dijiste que te gustaban los comics, así que pensé que este podría agradarte - Antes de que terminara de hablar, él ya me estaba abrazando nuevamente.

- Gracias, gracias Yue. Es perfecto. - No soltó el abrazo hasta que ya había pasado bastante tiempo, la verdad es que ya me estaba faltando el aire. Intenté comenzar a decirle el discurso que le había preparado, pero él me dio un repentino beso corto en los labios que me hizo sonrojar. Yo solo sonreí. ¿Cómo le digo que lo engañe con su hermano? No puedo hacer eso, y menos en su fiesta de cumpleaños.

       En ese momento, recibí un mensaje de Tephy donde decía que era el momento del plan. Me despedí de Erick y caminé hacia la barra de bebidas. Sinceramente entiendo que fue una broma bastante pesada esa de llamar a Tephy a la fiesta de Matt, lanzarle dinero en la cara y llamarla puta, pero esto de alterar las bebidas de las agresoras con una sustancia de procedencia dudosa es bastante descabellado.

      Llegué al lugar indicado para encontrarme con mis amigas y noté que la fiesta parecía otra. La mayoría de los invitados eran adolescentes y los padres ya no estaban. Típico. Me voy 30 minutos y todo se sale de control.

- ¿Qué pasó aquí? - Le pregunté a Samantha, la cual observaba hacia algún sitio.

- ¿No sabes? Ya son las 12. Los padres se van y empieza la verdadera fiesta. - Yo solo asentí dando a entender que comprendía la situación, pero la verdad es que me sentía un poco desubicada. Al notar que no habría más explicación de parte de mi amiga, decidí buscar con la mirada lo que ella veía.

      Me encontré a tres mujeres bailando, donde sin duda, destacaba el cuerpo perfecto de Ashley, su piel bronceada y sin imperfecciones visibles, y su cabello que hoy está liso, la cual no solo se movía al ritmo de la estruendosa música, sino que también parecía querer comerse la boca de los dos chicos a su alrededor mientras las otras dos Olive aplaudían el acto.

CÓMO ESTUDIAR MEDICINA Y NO MORIR EN EL INTENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora