CÓMO ESTUDIAR MEDICINA Y NO MORIR EN EL INTENTO

REGLA 9: ANTE TODO ÉTICA.

     Hoy es sábado, por lo tanto la mayoría de los estudiantes se ha ido a sus hogares a pasar el fin de semana, sin embargo, ni mi hermano ni yo haremos eso. Estos dormitorios se sienten más como una casa que la mansión de mi padre. Nuestro "hogar" se modificó por completo luego de la muerte de Ekaterina, mi madre; desde ese momento lo único que me motivó a seguir adelante fue mi hermano Alek y mi mejor amiga Samantha. Luego de que ella conversara con su tía Meriam, esta aceptó dejarnos vivir en los dormitorios de su colegio a pesar de no ser estudiantes de medicina, todo, con la excusa de que la mansión Field nos recordaba a mamá, sin embargo, la verdadera razón era que ver el rostro de papá me enfurecía, desde mi perspectiva, él era un asesino. A pesar del dolor interno, nuestras vidas se tornaron más brillantes estando allí, pero tanta felicidad no podía durar mucho. A los 14 años comencé a sentir algo más que amistad por Samantha, que en ese entonces era nuestra compañera de habitación, sin embargo, decidí no decirle nada para no arruinar la relación de hermanos que teníamos los tres. Días después de pensarlo meticulosamente me propuse confesarme sin importar lo que sucediera. Esperé 2 horas para que Sammy terminara su clase de equitación. Al salir, esta corrió hacia mi emocionada. En mi mente pensé que era el momento indicado. Iba a hablar pero ella se adelantó y lo hizo primero.

- Erick, eres mi mejor amigo ¿lo sabes verdad? – Preguntó, pero continuó hablando sin darme tiempo a formular una respuesta. – Por eso te tengo que contar lo que me pasó hoy. Soy la persona más feliz del mundo.

- ¿Qué sucede? – Pregunté intrigado y sonriendo. Si algo la hacía feliz a ella, entonces yo también lo estaría.

- ¡Shura me besó! Pero no besar de amigos. Me besó en los labios como si fuéramos algo más. – La emoción de Samantha se desbordaba mientras que mi felicidad se destruía por completo. A mi hermano gemelo y a mi, nos gustaba la misma chica.

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     Los meses pasaron, yo me dediqué a estudiar para lograr superar a mi hermano aunque sea en los estudios, ya que tanto en los deportes como en lo físico, él era mejor que yo. Aleksandr es el gemelo mayor, una persona excelente en todo, a diferencia de mi, una pequeña bolita de grasa.

      A pesar de pasar infinitas noches en vela revisando libros, mi hermano obtuvo el mejor promedio de todo el colegio, sabía hablar a la perfección 4 idiomas, ganó el torneo regional de básquet y era el novio de Samantha; sin mencionar que jamás lo vi prestar atención en las clases.

      Algunos días más tarde ya estaban de vacaciones en el colegio de medicina, por lo que ya no había estudiantes en el lugar; aburrido, me fui a conversar con Meriam; caminamos un rato por el lugar hasta que llegamos a la habitación nuevamente, abrí la puerta y vi algo que terminó de romper mi corazón. Sammy y Alek estaban acostados juntos sobre una de las camas mientras la ropa de ambos se encontraba esparcida sobre el suelo. La profesora Meriam al verlo, colocó su mano sobre mi hombro, para luego entrar al lugar y aplicar el castigo más grande de la historia del colegio, la creación de unas reglas que hasta hoy existen:

     "Está prohibido que mujeres y hombres se mezclen en los horarios comprendidos entre 6:00 pm a 6:00 am, a excepción de las guardias del hospital."

     "Todos los estudiantes después de las 6:00 pm deben estar en su torre correspondiente."

      Desde ese día la relación de mi hermano y Samantha terminó. Yo, por mi parte decidí dejar atrás el pasado y olvidar a la que fue mi primer amor. Para cumplir con mi objetivo, me enfoqué en otras cosas, entre ellas mi actual pasión, el futbol, que no solo me ayudó a dejar atrás a Sammy sino también a la tonta bola de grasa que era.