REGLA 11: EL OLOR A LÁTEX SERÁ TU NUEVO PERFUME.

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      Era tan temprano en la mañana y ya estábamos los 20 estudiantes de la clase A en la sala de emergencias del hospital. Nuestras batas blancas se encontraban impecables y nuestros uniformes azul claro no tenían ni la más mínima arruga; por supuesto, no fui yo el que planchó.

- Buenos días niños. Están en la sala de emergencias y aunque tendrán la oportunidad de ver muchas patologías, ustedes NO atenderán a ningún paciente. – Mencionó una mujer bastante pasada de peso, la cual a penas cabía en su traje blanco de enfermera. - ¿Quién de ustedes sabe suturar heridas?

      Nadie respondió a su pregunta, por lo que se me ocurrió opinar.

- Ninguno, pero podemos aprender.

- ¿Cuál es tu nombre niño? – Preguntó mirándome fijamente a los ojos.

- Aleksandr Field.

- ¿Field? ¿Crees que por tener el apellido del director las cosas serán más fáciles para ti?

- No. – Contesté vagamente. Todos me veían y eso empezaba a inquietarme.

- Te equivocas. Tener ese apellido te dará ventaja en este hospital y en todos los del país. – Mencionó decepcionada para luego hacernos una señal con su dedo indicandonos que avanzáramos junto a ella. – Meyer, Gateway y Jackson. Quédense aquí en la enfermería. Grenger, Daimon y el Shewder mayor irán con el médico intensivista. El otro Shewder, Jefferson y el Field menor irán a suturas. El resto drenarán heridas purulentas en la sala. ¡Muévanse!

      Probablemente todos piensen que es un castigo, pero yo estoy más que feliz de drenar pus. Me coloqué los guantes y me dispuse a trabajar; había una buena cantidad de pacientes.

      Antes de darme cuenta habían pasado 2 horas, sin embargo, parecía que ya no vendría otra persona por lo que me quité la bata para ir al baño. Al entrar, me lavé las manos y al verme al espejo, noté a una persona salir de uno de los cubículos. Me giré y la vi directo a los ojos.

- ¿Qué haces aquí Field? – Preguntó mientras se colocaba la camisa del uniforme apresuradamente. En realidad tenía muy buenas tetas.

- O tú te equivocaste de baño o lo hice yo, pero no te preocupes que para mi no hay ningún problema. – Dije mientras me acercaba a ella hasta quedar a solo centímetros de distancia, para luego susurrar en su oído. – Me gustas más sin ropa, Santiago.

- Lávate de nuevo. – Me respondió sonriendo luego de suspirar con desinterés. – Aún hueles a látex.


*~~~~*


      Cuando llegué a mi habitación me acosté sobre la alfombra y cerré los ojos para descansar un rato, pero de repente sentí un gran peso sobre mi espalda, abrí los ojos buscando la causa pero este incrementó. Entendí la situación cuando escuché la risa de mi hermano y los Shewder sobre mi espalda.

- ¿Qué les pasa? ¿Me quieren matar? – Pregunté fingiendo enfado.

- Field 1 ¡Vamos! Abajo en la fuente dos mujeres de la clase A se están peleando. – Dijo Isaías emocionado.

      Los 4 bajamos apresuradamente, y, en efecto, Rena y Zoe se estaban peleando. Muchas personas las rodeaban para presenciar el acto, incluyendo a estudiantes de otros años. Me metí entre la multitud y abracé a Rena por la espalda mientras mi hermano hacía lo mismo con Zoe; sin embargo la profesora Meriam no tardó en llegar.

CÓMO ESTUDIAR MEDICINA Y NO MORIR EN EL INTENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora