REGLA 21: EL MÉDICO NECESITA SENTIR EMPATÍA.

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     La buena noticia es que hoy nos vamos de viaje.

     La mala, es que este es un viaje escolar que probablemente no disfrutaré.

- Ya terminé. – Le avisé a mi hermano. – Voy a bajar.

    Erick no contestó y supuse que se estaba peinando para verse bien ante su nueva novia.

     Ayer fue el tercer día de la semana aniversario. Algunos profesores escogieron a sus mejores estudiantes y expusieron proyectos de salud, casi todos sobre medicina preventiva. Luego de eso, me fui al gimnasio. Pensándolo bien, no fue un día extraordinario.

     El autobús 1-A estaba vacío, así que me subí a esperar a los demás. Nunca debes desperdiciar tiempo para dormir.

    Me recosté de la ventana y cuando estaba dispuesto a soñar con cosas redondas y bonitas, escuche los pasos de una persona. No abrí los ojos para que no me saludara y así poder seguir durmiendo.

     Supuse que el sujeto se sentó en el asiento detrás del mío porque a los pocos minutos comenzó a jugar con mi cabello. Tenía manos pequeñas y dedos delgados, así que intuí quien era.

- Me gusta tu cabello, pero ¿No te lo piensas cortar? – Murmuró entre dientes hablando consigo misma, sin saber que yo aún estaba despierto. Era Yue.

Le iba a contestar, pero ella se detuvo al escuchar los pasos de otra persona entrando.

- ¡Hey oso! Aún no es hora de hibernar. – Solo hay una persona con un desorden psiquiátrico tan importante como para decir eso.

- June. Necesito mi sueño de belleza. Siéntate con tu novia y no molestes. – Contesté aún sin abrir los ojos.

- ¿Cómo supiste que yo estaba aquí? – Sammy se acercó para darme un beso en la mejilla y June tapó mi boca de inmediato. Se había vuelto un hábito para él desde que intenté robarle un inocente beso a Samantha.

- Reconozco tu perfume. – Dije sin darle mucha importancia al tema, luego de que quitara su mano. – Tranquilo Winnie Pooh. No voy a probar tu miel. – Los tres reímos antes de que entrara otro grupo. Abrí los ojos para saber quienes eran. Después de todo, ya no iba a poder dormir.

- Tienes cara de haber faltado al entrenamiento de ayer. – Jakal se sentó a mi lado luego de que saludé a Matt y a Daniel, los cuales venían con él.

- Y tú tienes cara de no haberme contado nada de tu novia. – Pronuncié en voz baja para que la menor cantidad de gente se enterara.

- Hola Yue. – Dijo mirando hacia atrás para luego darle un beso en la mejilla. ¿Por qué ella no me saluda así a mí? Enana despreciable. – No te lo conté porque pensé que te darías cuenta tu mismo. ¿Qué clase de amigo eres?

- Uno que nunca ha tenido dos amigos gay al mismo tiempo. – Aún mantenía la voz baja. Jakal rió.

- Está bien, lo siento. Pero de todas formas, Matías no es mi novia... ¡Ahh! Arrepiéntete por haberme llamado virgen. – Ahora reí yo.

- Eso va en contra de mis principios.

     Ella entró al autobús junto a la pelirroja irrelevante. Por más que la vea, no tiene nada interesante aparte de las pecas en el rostro.

¡Ohhh! Pero ella si.

     Stephany Petrova hizo su majestuosa entrada detrás del par de enanas. Esas piernas largas que me encantan y sus caderas perfectas desfilaron frente a mí. Desde siempre me ha gustado su piel blanca y los raros ojos grises que se ven azules cuando hay luz. Una modelo. Ella es el tipo de chicas que me gusta llevarme a la cama sin pensarlo. Pero no. Está en contra de mis principios tener sexo con prostitutas. Estando sobrio.

CÓMO ESTUDIAR MEDICINA Y NO MORIR EN EL INTENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora