Lunes. 7 días restantes para el examen de pediatría.
Aunque no oficialmente, las actividades curriculares de este trimestre, han concluido, ya que a pesar de que aún falta el examen final, no tenemos más clases teóricas que aprender. Solo nos queda estudiar y practicar mucho. Para ello, consulté con Meriam y Tomas, la idea de venir a realizar labor social en alguna comunidad que no cuente con suficientes recursos, y por supuesto, ninguno se negó, por lo que allí estábamos, habilitando una habitación de lo que una vez fue una casa, para convertirla en consultorio temporal.
El señor Viktor donó los equipos, tanto las camillas, como los otoscopios, esfigmomanómetros, pesas e infantómetros, hasta un equipo para nebulizar, en fin... más dinero del que puedo imaginar.
La familia de June se encargó de los medicamentos, incluyendo utensilios desechables como jeringas, gasas, mascarillas, y otros reutilizables como los set de suturas y las riñoneras.
Los Grenger se encargaron de nuestra alimentación, y las otras familias contribuyeron o en la remodelación del lugar, o en las labores de administración, transporte y logística. Al final se convirtió en una competencia, pues, al enterarse de que la jornada de salud pediátrica estaría cubierta por los medios de comunicación, muchos decidieron apoyar para que sus apellidos sean reconocidos, lo cual no tiene importancia cuando visualizas el resultado final, una mega inversión que nació de mi simple y egoísta idea por aprender.
Y allí estaba yo, limpiando un polvo inexistente sobre el escritorio, pensando en aquella frase que dijo Alek ese día en el hotel, y que desde ese momento no he sido capaz de ignorar: "Cuando lo hacemos, pareces no disfrutarlo lo suficiente", y para que negarlo, si él tiene razón. ¿Será normal que solo me guste el sexo oral? Cuando hacemos otra cosa, se me hace difícil disfrutarlo del todo, pues cuando comienza a agradarme, él está a punto de terminar. No sabía que el sexo era tan complicado.
- ¡YUE! Llevo horas intentando llamar tu atención. – Stephany estaba realmente furiosa, lo cual era evidente, pues hacía esa pose característica en la que apoya ambas manos en su cintura mientras se muerde la cara interna de su mejilla.
- ¿Si? – Pregunté fingiendo inocencia, aún sabiendo que eso la molesta mucho más.
- Los chicos se llevaron los utensilios de limpieza y nosotras necesitamos barrer también. Búscalos. – Sentenció y yo asentí como por acto reflejo. Lo mejor es obedecerla siempre y cuando no sea una locura.
Apenas puse un pie en el pasillo, dejé escapar un suspiro largo. Estoy agotada de tanto pensar. Le he dado miles de vueltas al asunto y aún no logro dar con el problema. Por un momento llegué a cuestionarme si debía pedirle consejos a Tephy, pero rechacé la idea cuando recordé lo que sucedió la última vez que decidí hablar con ella un tema relacionado al sexo. No olvidaré ese día, pues, como la experta que es, terminó explicando cosas raras como bondage y parafilias. Me traumé.
- Disculpa, ¿podrías decirme si haz visto a la jefa de la comunidad? – Le pregunté a un chico pelinegro, el cual estaba concentrado en un libro de pediatría. No parece ser de mi colegio, y de ser así, nunca lo he visto.
- Ah... no. – Contestó después de un buen rato en el que solo se limitó a mirarme. - ¿Necesitas algo?
- Ahmm, si... - Él estaba nervioso y eso logró avergonzarme un poco. – Quería preguntarle si puede prestarme más utensilios de limpieza.
- No hay problema, yo los busco por ti. – Contestó apresuradamente y sin apartar la mirada. Debo admitir que su actitud me incomoda un poco.
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CÓMO ESTUDIAR MEDICINA Y NO MORIR EN EL INTENTO
Fiksi RemajaLa vida del egocéntrico y apuesto obstetra Jeremy Presley nunca fue fácil, ni lo será de ahora en adelante, ya que por diversos motivos se ve obligado a enseñar a unos vanidosos estudiantes de medicina, los cuales esconden historias sorprendentes. C...