REGLA 7: TUS COMPAÑEROS SERÁN COMO TU FAMILIA.

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     El contador indicaba 71 a 72 a favor de la clase B. La veía burlarse de mí y eso me enfurecía aún más.

      Desperté sobresaltado por la alarma. Otra vez había soñado con ese momento, por más que intentara no podía aceptar esa derrota.

- Hermano, el baño está libre. – Mencionó Erick mientras se acercaba a mi cama. Asentí y me levante, aunque moría de sueño debía ducharme antes de que los hermanos raros entraran a hacer cochinadas allá adentro. Matías e Isaías siempre se bañaban juntos.

- Despierta a los hermanos incestuosos luego de que yo entre. – Le contesté mientras caminaba.

      Me demoré en la ducha. Tenía que encontrar la idea perfecta para vengarme de la enana que me hizo perder el partido más importante que he tenido en este colegio.

      Al salir del baño, Matías, nuestra madre, había preparado pan tostado para desayunar, Isaías, nuestro padre, había terminado de planchar los uniformes y Erick, el hijo bueno, terminaba la tarea.

      Luego de vestirme y desayunar, me asomé a la ventana mientras cepillaba mis dientes. Abajo, en la pequeña plaza frente a los dormitorios, vi algo que me dio una idea. Ya mi cerebro estaba maquinando el plan perfecto.

      Al llegar al aula, todos hablaban sobre los resultados del trimestral, por lo que me acerqué directamente a Samantha para que me informara; después de todo, ella había sido la número 1 en todo, desde la primaria.

- Sammy, amor mío, ponme al día por favor. – Le dije sonriendo mientras me sentaba en la mesa de su escritorio.

- Dejé de ser tu amor hace muchos años, Shura. – Contestó con su seriedad característica.

- No me digas así. – Le indiqué bajando la voz. – Eso va a destruir mi imagen.

- Cariño, tu imagen ya está por el subsuelo. – Rió y luego lo hice yo. – Pues, saltándonos el primer lugar, tú estás en el segundo, seguido por... ella. – Luego de hablar señaló a la persona que entraba al aula.

- ¿La enana? ¿Qué hace ese ser aquí? – Pregunté levantándome de la mesa.

- Pues, la tía Meriam dijo que los que lograran entrar en el top 20 serían los nuevos estudiantes de la clase A hasta nueva orden.

- Pensándolo bien no está tan mal. – Dije luego de meditar la situación. - Eso acelera el paso 1 de mi plan.

      Un hombre entró al salón por lo que todos corrimos a nuestros asientos. No podía permitirme obtener puntos negativos este año.

- Buenos días. Soy el Dr. Jeremy Presley, obstetra del hospital Sagrada Trinidad afiliado al colegio, y seré su profesor de embriología. – Mencionó un hombre alto de cabello castaño oscuro. En su bata blanca se veía el logo del hospital de mi padre. Le dimos la bienvenida y él comenzó a dar la clase - La embriología es la ciencia que estudia las etapas del crecimiento del ser vivo en formación, que van desde... - La secretaria de la directora Meriam lo interrumpió, por lo que aproveché para buscar a Ella Gateway con la mirada. La pobre niña estaba enamorada de mí, así que era perfecta para ayudarme con el plan. Cuando la localicé le guiñé el ojo y pude ver como se sonrojaba, en ese momento aproveché para enviarle un mensaje de texto donde le pedía encontrarnos.

      La clase terminó sin problemas, por lo que salí rápido del aula para encontrarme con Ella antes de que comenzara la siguiente. Llegué al pasillo que le indiqué y allí estaba esperándome apoyada en la pared.

- Ella, necesito pedirte un favor. No te preocupes que te lo voy a recompensar. – Le dije mientras colocaba una de mis manos en la pared justo al lado de su rostro.

- D-Dime, Alek... no tienes que pagarme, te ayudaré. – Me contestó nerviosa. Yo sonreí.

- Necesito que convenzas a las chicas para que el deporte que juguemos hoy sea quemados... sabes que no se me da bien el futbol y no puedo permitirme bajar el promedio. – Fingí tristeza. Era tan bueno en eso que hasta unas lágrimas se escaparon. – Mi padre no me lo perdonaría...

- Está bien. – Asintió casi de inmediato. Besé su mejilla como agradecimiento. Todo había salido bien, ahora debía completar el paso 2.

      Cambié mi uniforme rápidamente en los vestidores y luego me fui a la cancha; debía ser el primero en llegar para lograr convencer a los hombres también. Poco a poco los estudiantes fueron llegando, mientras tanto, yo, me encargaba de sugerirles amablemente que jugáramos quemados el día de hoy. Cuando el profesor Henry llegó, todos gritaron a unanimidad el deporte que querían hacer, por supuesto, mi plan estaba saliendo a la perfección.

      Jugaríamos chicas vs chicos, por lo que mi objetivo era derribar a la enana y así encontrar una excusa para llevarla a la enfermería, y luego allí, hacer que la castigaran. El plan era perfecto.

      El juego empezó y para que no pareciera tan obvio me concentré en jugar. Sin embargo, no recordaba lo bien que se le daba esto a June, el novio de Samantha. Antes de que me diera cuenta, el balón que lanzó había impactado sobre la cara de la enana, provocando que esta cayera de inmediato al suelo. Por supuesto, todos corrimos hacia ella para saber lo que había sucedido. Mi victima no estaba inconsciente, pero su nariz sangraba abundantemente. Me asusté, después de todo, aunque este había sido mi plan, no quería que llegara a tal extremo. Sin pedir permiso al profesor cargué a la enana a caballito y la llevé directo a la enfermería.

      La enfermera Holly ayudó a detener el sangrado y fue al comedor por hielo. El área alrededor de donde impactó el balón estaba comenzando a hincharse. Al final, parte de la culpa de esa herida era mía, por lo que me estaba arrepintiendo de la venganza.

      La voz de la profesora Beatriz se escuchaba desde lejos, por lo que mi mente olvidó el pensamiento estúpido de hace unos segundos e ideó una nueva estrategia para revivir el antiguo plan. Delicadamente tomé la cabeza de la enana entre mis manos para inspeccionarla de cerca, y en un susurro añadí.

- No parece tan grave. Creo que no dejará marca, preciosa. – Claramente la cara de ella no era de total agrado hacia mí.

      Pude notar la presencia de la profesora detrás de nosotros, por lo que sonreí instintivamente.

- Espero, por el bien del colegio y de ustedes, que esto no sea lo que estoy pensando.

- ¿Eh? Profe... esto no es... - Mi plan había salido muy bien después de todo.

- Aleksander Field, tú más que nadie debería conocer el funcionamiento del colegio. Me veo en la penosa tarea de aplicarles un castigo según el reglamento. Los espero a ambos en el aula Z4 luego de que la señorita sea dada de alta.

- Profe, ¿Yo por qué? No hacía nada, lo juro. ¡No me puede castigar! ¡Hey tú! Enana, di algo.

- ¿Cómo que castigo? – Respondió ella. Sin embargo, ya la profesora noestaba.

     Al final, mi venganza terminó afectándome también.

CÓMO ESTUDIAR MEDICINA Y NO MORIR EN EL INTENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora