REGLA 30: DE MÚSICO POETA Y LOCO.

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     Hoy es uno de esos pocos días en los cuales despierto temprano. De camino al baño me tropiezo con todas las cajas que probablemente fueron enviadas por mensajería. Seguro Martha las trajo a mi habitación al ver que dicen Aleksandr Field por todos lados. Las abriría, pero sin duda en este momento es más importante vaciar mi vejiga.

     Cuando por fin logro llegar al inodoro, me doy cuenta de que por ahora no podré orinar. Estúpidas erecciones matutinas.

     Al final, opto por meterme a la ducha para aprovechar el tiempo haciendo dos cosas a la vez. Siempre he pensado que da igual si orino en el inodoro o en la ducha, de todos modos, va a terminar en el mismo lugar.

     Busco algo para vestirme y me doy cuenta de las ventajas de vivir en esta casa, toda la ropa esta limpia y doblada en el armario. Por ahora, solo me visto con un pantalón deportivo mientras busco una camiseta, pero todas las que encuentro se que me darán calor.

- ¿Tu papá sabe de eso? - June entró a la habitación sin tocar la puerta, como siempre, e intuyo que lo que señala es mi tatuaje.

- Sabe que me hice otro. No sabe el tamaño, ni lo sabrá. - Al final encontré lo que quería y me terminé de vestir.

- Trae tu teléfono. Llegó la comida y tu papá tuvo una emergencia en el hospital. Necesito alguien que pague. - Hice lo que me dijo y bajamos hacia el salón. - Por cierto oso. - Se detuvo a mitad de la escalera por lo que yo tuve que hacerlo también. - Feliz cumpleaños.

- Te quedaste despierto hasta las 3 de la mañana porque según tu, a esa hora nací. ¿Por qué me das feliz cumpleaños de nuevo? - Inconscientemente me estaba riendo mientras hablaba, pero era inevitable.

- Aún no respondes como quiero. - Terminamos de bajar las escaleras para llegar al salón y hacer la transferencia bancaria.

     Los trabajadores comenzaron a descargar los paquetes hacia la cocina, por lo que June y yo fuimos hacia allá para comprobar que llegara todo lo que ordenamos.

- Gracias. - Dije mientras le daba un abrazo largo, el cual no solo significaba que aceptaba sus palabras, sino que lo perdonaba por lo que había sucedido entre nosotros hace algunos años justo en este mismo día, cuando lo vi besarse con Samantha aunque aún ella y yo éramos novios.

- Prometo ser el mejor amigo que tendrás. Jamás encontrarás alguien como yo. - Agregó cuando nos soltamos. No pude evitar reírme.

- Mira hacia arriba. ¿Lo ves? Ese es tu ego. - Me senté en una de las sillas y June hizo lo mismo. – No vuelvas a repetir eso, te aseguro que sonó muy gay.

- Y tu no digas más esa frase. Jakal se puede ofender. - Ahora reíamos los dos.



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     Siempre he pensado que hay dos tipos de hombre: Los que se ven bien con traje, como Erick, y los que parecemos guardaespaldas, como yo.

- Aleksandr, por favor hazme caso una vez en tu vida. - Nunca había hecho molestar tanto a Martha como hoy. - La camisa va dentro del pantalón y la corbata más apretada.

- Te prometo que lo intenté, pero es que no lo soporto. - Dije para luego sentarme en el borde de la cama. Iba a frotar mi cabello para descargar mi frustración, pero recordé que estaba perfectamente peinado. - Te obedecí demasiado al cortarme el cabello.

CÓMO ESTUDIAR MEDICINA Y NO MORIR EN EL INTENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora