REGLA 42: Y DESPEDIDAS.

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      Bajé descalza por las frías escaleras de la mansión Field, la cual, hoy se sentía realmente vacía, a pesar de la gran cantidad de personas que se encontraban en la sala de estar. Al escuchar mis pasos, todos se giraron a verme.

- Alek despertó. – Me acomodé el cabello por detrás de la oreja antes de acercarme al sofá largo donde había un espacio esperándome entre June y Sebastian. – Pero creo que será mejor si no van todos juntos. – Me llevé las manos a los ojos para frotarlos un poco, ahora que ambos despertaron me siento un poco menos tensa, pero eso no quita el hecho de que no haya dormido nada en 2 días.

- ¿Cómo está? – Preguntó Samantha desde el sofá individual mientras le daba palmadas a Tiana para ayudarla a expulsar los gases.

- Tiene miedo. – Dije para luego tomar el vaso con agua que me ofrecía Martha.

      Ninguno pronunció otra palabra haciendo que aumentara aún más esa sensación de tristeza y pesimismo que invadía toda la casa desde que llegamos del hospital.

- Creo que mejor nos vamos sin saludar al oso. – Dijo June acabando con el silencio infernal que reinaba en ese momento, y posteriormente, se levantó del sofá. – Ya habrá tiempo para eso.

      La pequeña rubia asintió para luego entregarle a la niña dormida a Martha y despedirse de ella antes de que esta desapareciera por las escaleras que conectan al piso superior.

     Mis amigos se despidieron con un melancólico y desganado abrazo, dejándonos solo a Sebastian y a mí, afrontando la cruel realidad.

- Sube. – Mencionó antes de caminar hacia la cocina. – Si tiene hambre le subiré la comida. – Dijo el mayor de los hermanos antes de dejarme sola, por lo que obedecí y me dirigí nuevamente a la habitación en la que había pasado toda la noche anterior.

      Probablemente el señor Tomas estaba por llegar, ya que cuando salimos del hospital nos dijo que volvería hoy luego del medio día, y aparentemente, ya eran pasadas las 11 de la mañana.

       Cuando Jakal me llamó para decirme que Alek estaba hospitalizado realmente no sabía que hacer, me puse tan nerviosa que salí corriendo de la fiesta con los enormes tacones, pero al llegar, me di cuenta de que ambos gemelos estaban allí, con la diferencia de que uno solo tenía algunos hematomas y necesitó sutura, pero el otro estaba inconsciente luego de la cirugía por fractura del 5to metacarpiano, sin mencionar el golpe que le dio June para evitar que matara a su propio hermano. Las cosas se pusieron peor, ya que cada vez que él despertaba, quería agredir a las enfermeras, y es por eso que lo mantuvieron sedado todo este tiempo.

- Alek. – Mencioné asustada apenas entré a la habitación ya que no estaba en la cama donde lo dejé.

      Rápidamente caminé hasta la puerta del baño y di unos toques con la esperanza de que contestara pero no lo hizo, por lo que decidí abrirla sin importar lo que estuviera haciendo.

      El chico estaba sentado en el espacio entre el inodoro y el lavamanos, con las manos sobre sus rodillas y la cabeza entre las piernas.

- ¿Sucede algo Alek? Ten cuidado con tu mano izquierda. – Dije mientras me acercaba a él hasta que logré sentarme a su lado, sin embargo no escuché respuesta por un largo rato.

- ¿Qué... paso? – Su voz sonaba diferente, era seria y fría, un tono escalofriante y que nunca pensé que escucharía de él.

      ¿Cómo le decía que lo mantuvimos drogado para que no se saliera de control? Tal como a una bestia, como el monstruo que tanto odiaba de si mismo.

CÓMO ESTUDIAR MEDICINA Y NO MORIR EN EL INTENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora