Capítulo 1

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CUMPLEAÑOS

Necesitaba un respiro. Se sentía muy cansado. Pues claro, quien no lo estaría después de haber pasado dos años en un cuarto de tortura impuesta por tu "amoroso padre". Dos años, ya han pasado dos años midgardianos desde la última vez que estuvo en ese asqueroso planeta y donde había sido humillado de la forma más patética por esos midgardianos. Dos años ya desde que su hermano lo había traído a rastras a Asgard y había sido recibido como un traidor, dos años desde que el padre de todos le había arrebatado su magia y lo había confinado en esa celda para vivir las mas crueles torturas mientras perecía y era privado de todo alimento, bebida y visita de cualquier ser que se atreviera a hacerlo. Ya había pasado dos años viviendo completamente solo, en un completo silencio, eso le agradaba, solo se podía escuchar el pequeño crujir de sus huesos y el rasgar de su piel, provocado por las dos mesas de picos que chocaban contra su cuerpo.

Loki se encontraba atado de pies y manos, colgado en medio de la pequeña habitación, mientras era sujetado de las muñecas por grilletas que a cualquier muestra de movimiento brusco se incrustaban un poco más en la piel con los picos que estas contenían en su interior. No había dormido desde hace dos años ya, a pesar de que después de todo el tiempo, aun no se acostumbraba al dolor y aun así no podía conciliar el sueño.

Pero este día era diferente.

Las mesas habían dejado de funcionar. Se habían detenido y él aun no entendía el porqué.

Escucho unos pasos que se acercaban a lo lejos. Estos se situaron frente a la puerta y abrieron una rejilla que estaba en la parte superior de la puerta de metal. Levanto el rostro y logro ver unos ojos color miel asomándose por la rejilla, seguidos por una voz.

— ¡Alégrate traidor! —Dijo con voz potente y seria — Porque el padre de todo ha decidido regalarte un día de descanso de tu tortura, en memoria de tu primer amanecer. Disfrútalo porque tal vez sea el último.

Cerró la rejilla y salió a paso apresurado fuera de ahí.

Loki quedo en silencio, atónito a lo que acababa de escuchar. Descanso. El padre de todo le ha dado un descanso. Había buscado un momento exacto para poder escapar de aquella terrible tortura, pero antes tenía que descansar antes de recuperar todas sus energías, pero le era imposible poder recuperarse por culpa de las torturas. Sonrió maliciosamente. Que estúpido y sentimentalista había sido Odín, le estaba dando la oportunidad de poder recuperar energías y así darle la oportunidad de escapar. No tenía magia, pero aún le quedaba su energía vital que podía utilizar como magia de reserva. Tenía que planear una forma de escapar pero rápido, mientras descansaba de su tortura. Comenzó a andar su mente brillante y comenzó a idear algo. Ya había encontrado el momento oportuno para escapar y la forma de distraerlos a todos mientras él lo hacía. Recordó que cada cierto tiempo, Odín le cambiaba de tortura, dándole escasos minutos entre tortura y tortura. Había tratado de memorizar el tiempo que duraba cada tortura, cada detalle le era esencial, debía conocer bien a su alrededor. También logro recordar que los guardias hacían sus rondas cada 8 horas. Y si su memoria no fallaba, mañana le impondrían el cambio de tortura, que coincidía con el cambio de guardias.

Sonrió.

Bien, ahora solo le quedaba descansar e idear un plan perfecto y conseguir una distracción que le ayudara ejecutar su plan sin ningún contratiempo.

Se relajó y dio un ligero suspiro. Lo necesitaba, su cuerpo y mente se lo pedían. Pero no todo fue como lo esperaba.

Sintió como una puñalada se le incrustaba en su espalda y lo atravesaba por el pecho. No pudo evitar gritar, tanto por la sorpresa como por el dolor. Vio como era su cuerpo atravesado y como sentía el dolor, pero se sentía fuera de su cuerpo, como si fuera alguien más.

Aura©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora