Capítulo 22 (Pt. 2)

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 La navidad llegó y la estancia de la torre, como también algunos de los pasillos principales, se adornó con los característicos colores del encanto navideño. Todos en la torre se encontraban tan animados, bueno, algunos más que otros. Y por tan extraño que pareciera, se había dejado arrastrar por la loca idea de Darcy de entrar en el intercambio navideño. Por el poco tiempo que llevaba ahí, había tenido algo muy en claro: no podría salir de la torre bajo ninguna circunstancia. No podía ir ni siquiera a sacar dinero para su uso personal, agregándole el hecho de que no lo necesitaba, viviendo bajo el mismo techo que el inventor y galán Tony Stark, pero si lo iba a necesitar si quería dar un buen regalo a quien quiera que fuera la persona que le tocara en dicho intercambio, sumándole que también le quería dar un regalo a Loki, puesto que esta sería su primera navidad juntos, quería que fuera memorable.

Tras haber sorteado los nombres de todos, grande fue su sorpresa cuando le toco regalarle al dios del Trueno, quien se suponía que era el hermano de Loki. Sonrió ante la idea. Para su fortuna, Darcy se había ofrecido para ella misma ir a comprarle su regalo de intercambio, como también el regalo para su chico. La chica de lentes se encontraba realmente emocionada porque le había tocado regalar a Steve y, según tenía entendido, a Darcy le gustaba el hombre.

Una vez que había escogido los regalos en unos catálogos en línea de algunas tiendas y tras haberle dado el código de su tarjeta de crédito a Janet, tanto Darcy como Janet fueron a comprar los artículos para la ocasión, al igual que papel para envolver y todo lo necesario.

Cuando llegaron, envolvieron todo y lo escondieron en un lugar seguro, fuera del alcance de la vista de los demás. Para Thor había comprado una loción para caballero y para Loki una chaqueta de cuero negra y una saga de libros para que se entretuviera durante su estadía en la celda, ya que ahora pasaba más tiempo, debido a que Pepper había prohibido la entrada a todos los laboratorios durante las épocas decembrinas y porque el incidente de días atrás en el que Loki y Tony casi habían volado gran parte del área de los laboratorios, según palabras de la misma mujer.

La mañana del 24 de diciembre, ella se había levantado, se había dado una ducha y había decidido a pasar el resto del día en su habitación debido a que no tenía humor de salir y quería guardar su energía para la noche, ya que sabía que no podría aguantar el resto de la noche con un grupo de superhéroes con exceso de energía. La única razón por la cual abandonó su habitación, había sido para pedirle prestado algo de ropa a Janet, ya que la que tenía no era la adecuada para fiestas.

Al llegar al cuarto de la vengadora, esta le sonrió y le entregó un vestido color arena, que al parecer se modelaba a su figura y se ceñía con un cinturón de color cedrón, junto con un par de botas de tacón del mismo color que el cinto. Y tras una corta charla, la castaña se despidió de su amiga y se retiró con el vestido en las manos.

Mientras caminaba por el pasillo, inmersa en sus pensamientos, no pudo evitar el chocar contra una persona, la cual identificó al instante, haciendo que su poca paciencia ante aquellos encuentros terminara por desbordarse.

Escuchó las risas de la pelirroja mientras seguía caminando y Sophie se giró intentando alcanzar a la mujer.

— ¡Oye! ¿Cuál es tu maldito problema conmigo, Natasha? — elevó la voz molesta la chica con el vestido en la mano.

La aludida se detuvo y giró sobre si para encarar a la mujer mientras alzaba una ceja.

— ¿Me hablas a mí, muñeca? — cuestionó un tanto molesta.

La furia de Sophie comenzó a incrementarse.

— No veo a nadie más — afirmó la castaña.

— Ni yo — espetó con una sonrisa burlona la pelirroja, para después girarse y darle la espalda a la mujer.

Aura©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora