MONSTRUO
Sus manos nunca dejaron aquel brillo morado que tanto la caracterizaba. Su mirada estaba fija en la hechicera frente a ella, la cual comenzaba a mostrar signos de cansancio, indicando quien llevaba las riendas de la pelea.
Karnilla nunca había sido una mujer violenta, pero Amora la había sacado de sus casillas y la muy estúpida necesitaba de una reprimenda. Y qué mejor que humillarla frente a los hombres que ella más deseaba en este mundo, la familia real: Thor y Loki.
Si, ella conocía la historia de la mujer. Thor siempre fue el primer amor de la Encantadora. Con su fuerza y carisma, había apantallado a la mujer la cual se propuso el conquistarlo, pero por su desgracia, él nunca la tomó en cuenta. Pero el amor se mantuvo ahí. Después apareció Loki, un hechicero, delgado y no tan carismático como Thor, pero tenía un encanto secreto, ese lado oculto y oscuro que cautivó y embriagó a la mujer hasta el punto de la locura y obsesión. No era amor como lo fue con Thor, pero la pasión ahí estaba. Era por eso que buscaba su compañía, bajo cualquier circunstancia.
Cualquiera que escogiera, Amora se aseguraba un lugar entre los más importantes de Asgard, ya fuera la pasión o el amor, cualquiera de las dos opciones le convenían a la mujer.
Pero viendo las cosas como estaban, podía entender por qué la mujer había llegado hasta esos extremos. Tanto Thor como Loki, habían encontrado una compañera con la cual pasar su vida; aunque ambas eran mortales, por lo que podía ver en la escena de su espalda — Loki recostado en el suelo, con la mujer entre sus brazos, protegiéndola, marcándola como suya; ella dormida tan plácidamente y el dios con una sonrisa sincera delineada en su rostro—, no era de mucha importancia la mortalidad de sus mujeres. Sus dos objetivos habían preferido a una mortal por sobre una bella y poderosa hechicera, en verdad eso debería de ser algo muy humillante, para cualquiera.
Amora tenía el ceño arrugado, observando aquella escena. Parecía furiosa y dolida. Dio unos pasos, tambaleantes, en dirección a donde se encontraba la mujer y el dios. Karnilla se le adelantó y se le puso enfrente, impidiéndole el paso.
Por más dolida que estuviera, por más despechada, había cosas que no podían perdonársele. Cierto, había hecho su berrinche y Asgard había sido su blanco para desquitarse, era algo entendible, hasta comprendía el hecho de querer tomar el trono, hechizando a Odín y dejándolo en un sueño mucho más profundo que el propio, hasta ella lo haría, puesto que el maldito hombre siempre se había interpuesto en sus planes, ya sean con Balder o arrebatándole sus preciadas piedras Norn. Pero el haberse atrevido a tocar a Frigga, el haberla asesinado, había sido pasarse de la raya. Era algo imperdonable y la muy maldita iba a pagarlo.
— Date cuenta, Amora — comenzó la hechicera mientras apuntaba con sus manos hacia la mujer rubia. — Has perdido... Todo se ha acabado ya...
— ¡NUNCA!
Amora rugió y se lanzó sobre la hechicera, la cual la contuvo y la lanzó al suelo, en donde se puso sobre de ella, impidiéndole que se moviera.
Karnilla acercó su rostro hasta el de ella, dispuesta a terminar todo de una vez por todas. Llevó su mano derecha sobre el pecho de la mujer y comenzó a generar energía para destrozarle el corazón. Era lo menos que la reina le podía ofrecer después de haber matado a la única mujer de Asgard que le había brindado su apoyo y se había vuelto, en el algún tiempo, su amiga.
— Piensa en tus queridos dioses — ordenó con voz baja y en tono cruel. — Porque será la última vez que lo podrás hacer... Fantasea, perra...
El rostro de la Encantadora se desfiguró y, en un intento desesperado por liberarse, alzó el brazo que tenía el guante, para luego apuntar hacia el cielo.
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Aura©
FanfictionEscrito por: Yiyukimo Akimanashi Loki esta encerrado y siendo castigado en Asgard por los crimines que cometió. Aquel quien solía ser un príncipe, hoy es la burla de Asgard. Es el cumpleaños del dios del engaño, como regalo recibirá un descanso d...