Capítulo 11 (Pt. 1)

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PODER


Sophie era una persona, a su parecer, muy testaruda. Entre más le decían que no hiciera algo, allí iba ella y lo hacía. Y eso, era algo que a Loki le recordaba mucho de él, cuando era más joven. Siempre queriendo hacer su voluntades, a pesar de que estaba mal, solo por el amor a hacer travesuras. Pero a pesar de que le parecía algo muy divertido tenía que aceptar que en estos precisos momentos, era muy irritante.

— ¡Por Dios, Loki, ya estoy bien! — grito exasperada Sophie mientras alzaba los brazos al aire —. Ya puedo ir a mi trabajo.

— Te estoy diciendo que aun estás débil, debes descansar.

Conocía la fuerza y la determinación de Sophie, pero no quería que volviera a recaer, después del episodio de la anemia, sentía que ahora era más pequeña y frágil, no quería que nada le fuera a suceder.

— Y yo te estoy diciendo que me siento mejor — soltó mientras se cruzaba de brazos y se llevaba el termómetro a la axila y lo activaba —. Y esto no es necesario.

Loki le envió una mirada desaprobatoria a la mujer, mientras observaba lo que llevaba puesto: una blusa de tirantes verde, un short corto gris y andaba descalza sobre el piso, era su ropa para dormir, era realmente el colmo. Los pasados días la temperatura del ambiente había descendido varios grados, provocando que el frio se resintiera más. Por fortuna, el departamento tenía calefacción, lo cual mantenía tibia las habitaciones, sobre todo la de Loki, pero eso no era una tremenda justificación para que aquella mujer estuviera en esas fachas, casi semidesnuda, provocando muchas cosas. Loki se quitó la chaqueta y la comenzó a cubrir con ella. Era justo y necesario.

— Cúbrete con otra ropa, porque está haciendo frio — soltó demandante mientras la abrazaba por la espalda y le ponía la chaqueta.

Tal vez él no era el más indicado para mantenerla caliente, pero estaba haciendo su mayor esfuerzo. Sophie se dejó de balancear sobre sus pies cuando él había iniciado su abrazo, al contrario, se hundió más a sus brazos.

— Por Dios, Loki. Pareces mi madre — comenzó ella en un volumen más bajo —. Yo puedo sola.

— Soy hombre, no puedo ser tu madre — dijo él mientras pegaba su boca a su oído, provocando que ella se estremeciera al solo sentir el calor del aliento —. Si acaso tu padre, pero aun así, soy demasiado joven — mintió.

Se mantuvieron así durante unos minutos, dentro de los cuales el hombre se percató de que Sophie estaba temblando ligeramente. "Touché" se dijo a sí mismo, la chica si tenía frío, sonrió pícaramente mientras la abrazaba con más fuerza, no era muy propio de él, pero el estar así, tan cerca de ella le provocaba muchas cosas, una de ellas le iba a ser muy fácil, solo por el simple hecho de que llevaba muy poca ropa. Algo en él, la reclamaba como suya, que ambos estaban conectados y que debían pertenecerse mutuamente. Sería ridículo pensar que por un simple beso haya surgido la necesidad por parte de él de tenerla siempre a su lado, pero así era.

Vino a su mente la voz de Sage, que le recordaba lo que el humano había intentado hacer con ella. En ese momento una tremenda rabio lo inundo y deseo destruir a aquel hombre por el simple atrevimiento. Pero el tener a Sophie entre sus brazos le hizo serenarse y enfocarse en mejor borrar de su cuerpo cualquier rastro de las sucias manos del chelista.

Comenzó a descender, con sus manos, a las caderas de la mujer en un suave roce, su piel estaba tibia y al contacto con él, sintió como se comenzó a estremecer. Cuando sus manos estuvieron sobre las anchas caderas de ella, comenzó a girarla suavemente para que estuviera de cara frente a él, tenía unas ansias de probar sus labios y no sabía el porqué. Ella solo tenía los ojos cerrados cuando su rostro estuvo frente al pecho de Loki, el cual tomo su barbilla con sus dedos pulgar e índice mientras levantaba su barbilla. Las mejillas de ella se habían comenzado a sonrojar, haciendo que su rostro se viera más tierno, frágil, para él era hermoso: sus ojos ligeramente cerrados, su delicada nariz, sus delineadas cejas y la forma en que sus pequeños labios parecían ensancharse cuando ella entreabría la boca. Loki se perdió en aquellos labios rosados, deslizo su mano libre hacia su espalda baja y la atrajo hacia él, comenzó acariciar suavemente toda su espalda mientras se lanzaba, lentamente, hacia los delicados labios de ella, que le parecían realmente deliciosos.

Aura©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora