Capítulo 8

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CUMPLIR

—Fue agradable tenerte aquí, Gabriel—decía mientras le daba un abrazo en la entrada de su casa.

—Gracias por tu grata hospitalidad, fue muy entretenida mi estadía aquí—soltó mientras le correspondía al abrazo.

Loki observaba toda la escena desde la sala, estaba recargado en uno de los sillones con los brazos cruzados sobre su abdomen mientras rodaba los ojos. Gabriel poso sus ojos en Loki mientras lo miraba desafiante, este solo opto por sonreírle burlonamente. Gabriel aún tenía el pelo pintado de color verde y enmarañado por el corte que le tuvieron que hacer de emergencia para poder quitarle la goma de mascar. Verdaderamente, los días que había pasado él ahí, habían sido los más divertidos para Loki, el dios de las travesuras. El color del pelo y la goma fue una de las pocas cosas que pudo hacer con la energía de su cuerpo, la cual había utilizado como magia para poder llevar a cabo sus travesuras, dicha magia solo le había provocado que los dedos de la mano izquierda se le pusieran de su original color azul. A pesar de aquellas bromas, Loki aun sentía que aquel inmundo hombre le debía demasiado, sabía que ya tendría, en algún momento, la oportunidad de seguírselas cobrando.

Pero aun había algo que lo preocupaba: lo que Sophia le fuera a decir por las travesuras que le hizo al hijo de puta que tenía como amigo. No creía que se iba a molestar por que lo haya mojado mientras dormía, o que le hubiera echado en exceso pimienta y ajo a sus platillos, ni mucho menos por los miles de alfileres en los que le hizo sentarlo, no, lo regañaría por lo de la goma de mascar en el cabello, por la pintada del mismo y por la mañana en la que Gabriel amaneció con la cama sobre de él.

Sophie y Gabriel se soltaron de su cálido abrazo y este se despidió tomándola de la mano y besándosela educadamente, al igual como lo hacía con su mejilla. Loki solo gruño y giro el rostro asqueado.

—Nos vemos luego—sonrió Gabriel, mientras tomaba las maletas y las comenzaba a arrastrar.

—Hasta pronto—se despidió ella mientras agitaba la mano, después cerró la puerta y se giró lentamente hacia Loki.

Loki le sonrió mientras levantaba una ceja. Estaba esperando todo lo que le fuera a decir con respecto a sus infantiles, pero divertidas, travesuras.

— ¿Verde? —Cuestionó mientras señalaba hacia donde anteriormente estuvo Gabriel— ¿Es enserio? ¿No se te ocurrió algo más, no sé, extravagante?

— ¿Te gusto? —pregunto él.

—Me recordó a ti. Pero aún sigo cuestionándome ¿cómo es que se lo lograste pintar, de esa intensidad, sin antes decolorárselo?

—Pintura vegetal—mintió mientras se encogía de hombros—, en enormes cantidades.

—Me lo supongo—dijo mientras se ponía enfrente de Loki, puso sus manos en las caderas y lo miro fijamente, al parecer seria hora del regaño—. Loki Laufeyson, aunque me cueste aceptarlo, debo felicitarte. Eres un as para las bromas.

Loki sonrió complacido, debía aceptar que se esperaba un regaño, pero que una mujer midgardiana lo felicitara por hacer bromas a su mejor amigo, y que esa mujer fuera Sophia, era algo mucho mejor que le gustaría seguir recibiendo.

—Pero por más que te felicite y te diga que me gustaron tus bromas, tengo que decirte que lo que hiciste está mal y no se debe repetir, solo cuando sea el día de bromas—soltó Sophie en un tono sereno, no parecía molesta, solo tenía un semblante serio—. No te puedo regañar como a un niño, porque no lo eres, pero si te puedo decir que con eso no me tienes muy contenta. Sé que te desagrada Gabe, pero no es para que le hubieras hecho bromas de ese tipo, él no te ha hecho nada para merecerse ese tipo de bromas.

Aura©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora