Capítulo 25 (Pt. 2)

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MOTIVOS 

La primera vez que lo compararon con Thor, fue cuando tenía unos cuantos años de edad. Estaban jugando todos los tontos amigos de Thor y, como siempre, todas sus actividades eran físicas, algo que a él nunca se le había dado bien. Recordaba muy bien el momento en el que Balder hizo aquel comentario sobre lo ridículo que era incluir al debilucho hermano menor de Thor en un juego de lanzamiento de cosas, como también recordaba cómo era que Thor lo defendía y trataba de consolarlo, puesto que él había estallado en sollozos.

La segunda vez no difería mucho de la primera, solo que en esta ocasión, Loki se había defendido y había soltado un puñetazo contra el rostro regordete del niño, mientras todos lo miraban asombrado y Thor no dejaba de reírse.

La vez anterior a esta, había decido a no actuar, puesto que era Sophia la que hacia aquella comparación y, por más que le habían dolido aquellas palabras, no iba a actuar en contra de aquella mujer.

Más sin embargo, en esta ocasión, no pudo dejar de lado lo que había reprimido de la anterior y de lo que había sentido por esta comparación. Era normal que hubiera estallado, era normal que se hubiera querido desquitar con quien se había atrevido a hacer aquello. Mas no era normal el que lo hubiera matado de aquella forma tan brutal. La comparación partió de uno de los consejeros del reino y todo debido a un simple comentario que habían salido con debilidad de los labios de aquel asgardiano: "Al menos, Thor supo madurar".

No pudo contener más su enojo y decidió descargar toda su frustración con aquel individuo. Tomó con decisión a Gungnir, atravesó al hombre por el abdomen , reteniéndolo en la pared de la habitación del trono para después, al verlo como este aún seguía desafiándolo con la mirada, prenderlo en unas llamas que solo se apagarían una vez que consumieran por completo al sujeto, dejando solo el carbón o las cenizas de este. Después, ante la mirada de terror de todos de los del consejo, se retiró, sacando la lanza de la pared en donde se había incrustado, y abandonó la sala de trono.

Estaba echando humo por todas partes. Las palabras que siempre habían usado para compararlo con Thor seguían rondándole en su mente mientras no dejaba de incrementar su furia y odio.

En un principio había optado por ir a ver a su madre, ella siempre encontraba la forma de animarlo, cuando era niño, cuando aquellas palabras lo atormentaban; pero dado la inestabilidad que el mismo sentía, tenía miedo de herirla si no sabía cómo manejar toda aquella rabia que sentía. Así que el ir hacia su habitación era la mejor opción para todo en esos momentos, incluso hasta para él.

¿Cómo es que aún seguían buscando semejanzas entre él y Thor? Era obvio que ambos eran seres completamente distintos. Uno era bruto con la fuerza y el otro era un completo genio con la magia. Partiendo de eso, era imposible buscarles un punto de comparación. Pero, para su desgracia, las personas seguían torturándolo con aquel aspecto, comportándose como verdaderos imbéciles al seguir con aquellas ridículas comparaciones.

Al llegar, azotó las puertas doradas de su habitación y entró lanzando todo lo que había en el lugar, las mesas, las sabanas las cosas, mientras que con su cetro destruía muebles, lámparas y cuadros.

Entre tanto desastre, en ningún momento se dio cuenta de la presencia de otro ser en aquella habitación, hasta el momento en que la seductora figura de la Encantadora salió del baño envuelta en solo una toalla, mientras que de sus rubios cabellos escurría agua, denotando la posibilidad de que posiblemente hubiera salido en medio de un baño para ver qué era lo que ocurría.

— ¿QUE, EN EL NOMBRE DE TODOS LOS REINOS, ESTAS HACIENDO, MALDITO DIOS ENFERMO?

La mirada de sorpresa por parte de la hechicera fue la detonante, en conjunto con aquellas palabras tan duras, para que el rey se lanzara sobre de ella, de manera salvaje, y la condujera a lo que quedaba de cama para ahí mismo poseerla.

Aura©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora