Capítulo 19 (Pt. 2)

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DESPERTAR

Sus ojos le eran pesados de abrir, más no imposibles. Se sentía adolorida y entumida. Cuando logró abrir los ojos, la luz de aquella habitación le comenzó a molestar por unos segundos que le parecieron eternos mientras sus ojos comenzaban a acostumbrarse a la luminosidad que había en aquella habitación.

Una vez que sus ojos se acostumbraron, comenzó a inspeccionar en el lugar donde se encontraba mientras intentaba conectar aquellos fugaces recuerdos que abrumaban su mente como si fueran luces intermitentes. Todo en aquella habitación le hacía revivir un deja vu.

Intento mover sus extremidades, pero lo único que consiguió fue ver los lentos y torpes movimientos de sus piernas, las cuales no le respondían del todo bien. Suponía que era debido al tiempo en cama o porque, posiblemente, le hubieran introducido a su sistema algún tipo de calmante que aun tuviera atontado en su cuerpo.

El aire se le comenzó a ser un poco pesado, fue cuando se dio cuenta de que traía puesta una mascarilla de oxígeno, la cual optó por quitarse, pero sus manos le respondían de igual forma que sus piernas.

— ¡Espera! Déjame ayudarte — escuchó una voz masculina a su costado derecho.

Antes de que pudiera girar el rostro para ver de quien se trataba, pudo ver a un fuerte hombre de cabellos rubios y unos ojos azules que le parecieron muy hermosos, se acercó hasta ella. Sentía como si aquel rostro tan marcado lo hubiera visto en otro lado, pero no recordaba en dónde.

El hombre le retiró la mascarilla del rostro y ella comenzó a respirar por su propia cuenta el aire de su entorno. Pudo identificar el característico aroma a medicamento y a utensilios de limpieza que caracterizaban a un hospital, por lo cual pudo corroborar el lugar en donde se encontraba. Pero aun no entendía muy bien que es lo que hacía postrada en una cama de hospital, y los malditos recuerdos de lo ocurrido antes de que se hubiera quedado dormida aun no terminaban de ensamblarse en su lugar y eso estaba comenzando a irritarla.

— ¿Cómo te sientes? — le preguntó el hombre de ojos azules mientras enfocaba su vista en ella, haciéndola sentirse un tanto incomoda.

— Bien — soltó con voz ronca y a duras penas. Siguió paseando sus ojos por toda la habitación en busca de la ayuda de algo que le facilitara conectar todo lo ocurrido, pero no pudo más que posar su vista en el sujeto que no dejaba de examinarla como si no terminara de creer lo que estaba viendo. — Disculpa, ¿Quién eres?

El hombre abrió grandemente los ojos durante una fracción de segundo, para después soltar unas ligeras risas.

— ¡Oh, disculpa la descortesía! — se llevó una mano a la parte trasera de la cabeza y comenzó a sacudirse el poco cabello que tenía, para después estirar su brazo y tendérselo en forma de saludo. — Soy Steve Rogers y soy quien ha estado al pendiente de ti, durante este tiempo.

— ¿Eres mi médico? — preguntó con la voz débil.

— ¿Qué? ¡No! — soltó apresurado. — Yo solo te he cuidado, es todo.

Sophie volvió a recorrer con la vista toda la blanca habitación mientras trataba de ubicarse geográficamente, sin mucho éxito.

— ¿En qué hospital nos encontramos? — se rindió tras unos minutos.

— Estamos en los hospitales generales de la base de S.H.I.E.L.D.

— ¿S.H.I.E.L.D.?

Steve le sonrió débilmente para después soltar un suspiro pronunciado e ir negando con la cabeza.

Aura©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora