Capítulo 14 (Pt. 2)

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ODISEA

Nunca se había imaginado que tras haber llegado a Midgard y haber ido directamente a una misión, se encontraría con Loki en un establecimiento, acompañado con una mujer.

Ahora se encontraba cargando a un histérico Loki, el cual pataleaba y golpeaba mientras volaban.

— ¡Suéltame, estúpido salvaje! — gritaba Loki mientras era sujeto por el brazo de Thor.

— Necesito de tu ayuda, hermano...

— Pero yo no quiero darte esa ayuda...

— Lo siento hermano — dijo Thor antes de dejar inconsciente a Loki de un golpe.

El viaje de regreso a la torre de los Vengadores fue más calmado una vez que el dios del caos yacía inconsciente en los brazos de Thor.

En esos momentos el rubio se sentía sumamente feliz. Al fin había encontrado a su hermano y había podido cumplir su promesa, a pesar de que haya sido de manera espontánea, aun así, la había cumplido. Lo había buscado, con desespero, y lo había encontrado. Y a partir de ahora, no permitirá que nada lo apartara de su hermano, ni si quiera S.H.I.E.L.D. ni mucho menos sus compañeros de batalla, los Vengadores.

Ahora, el problema sería el que sus amigos aceptaran la ayuda de su hermano, ya que estaba seguro de que estos aun le guardan resentimiento.

— Te pedí unas donas y un café de Starbucks, y me traes a Cornamenta del universo de Harry Potter, ¿es en serio? — Tony Stark observaba al hombre recostado sobre su sofá, hombre que una vez lo había lanzado por la ventana de uno de los pisos de su edificio, mientras le daba un sorbo a su vaso con su whisky favorito. — En verdad, Thor, ¿tenemos que hablar de nuevo entre la diferencia entre un dios nórdico y una caja de donas? Pensé que lo había dejado en claro la última vez.

— Te prometo, hombre de acero, que no hará destrozos — soltó suplicante el rubio que estaba enseguida de él. — Mi padre sello sus poderes, una vez que estuvo encerrado en la cámara de torturas.

El genio solo logro soltar un suspiro prolongado.

El dios del trueno no era consciente de lo que podría provocar la simple presencia, aun así sin poderes, del dios del caos.

Sabía que todo se complicaría en el momento en el que el rubio arribó a su torre, todo húmedo por la lluvia de noviembre (aunque sonara épica la frase, en realidad era más complicado), cargando a su hermano inconsciente mientras iba y lo recostaba sobre aquel sillón. Por fortuna nadie estaba aún en la torre, pero no tardaban en llegar, puesto que se habían citado para una reunión para hablar del problema de Thanos o como sea que se llamara.

Thor había mencionado que ocuparían la ayuda del dios del caos, pero como era de esperarse nadie aprobó la noción del rubio, lo cual deprimió un poco al mismo. Pero ahora, todo era diferente, el dios de las travesuras estaba en la torre y, quisieran o no, él debía de estar implicado en todo esto.

Además parecía ser que el grandulón había cambiado su estado de ánimo. A decir verdad, llevaba casi todo el tiempo en el que duro su supuesto hermano encerrado con aquella sombría tristeza que intentaba disimular. Le afectaba que Loki estuviera encerrado, y aquello era algo que, al fabuloso Tony Stark, no le podían ocultar. Él había vivido en carne propia el necesitar ver bien a alguien durante algún tiempo y entendía a la perfección como es que Thor se había sentido y al verlo, en estos momentos contemplar al sujeto, que dos años atrás lo quería asesinar, con una radiante sonrisa era más que la confirmación de aquella suposición.

Aura©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora