Detalle importante: el hijo de Cecile era Wally Jackson.

—¿A ti también te obligarán a ir porque "es bueno para la reputación de la familia"? —me preguntó, cuando estábamos subiendo al coche.

—Oh no, según Maggie debo ir para conocer más la cultura de la ciudad —negué con la cabeza.

   Wally se rió.

—Mírale el lado positivo: van a haber chicas con vestidos cortos de aquí para allá, bebiendo —me dio un codazo—. Incluyendo a Violet.

—Estoy ansioso.

   Sé que él se lo tomó como si fuera sarcasmo, porque había hecho que sonara así a propósito. Todavía no podía decirle nada a nadie sobre lo que yo estaba haciendo con respecto a esa chica, era todo muy prematuro.

   El trayecto no fue para nada silencioso: tía Maggie y la madre de Wally se la pasaron todo el tiempo platicando sobre novelas que daban en la televisión y actores de su edad que, aparentemente, estaban buenísimos.

   Y me sentía cada vez más claustrofóbico en este vehículo. Fueron los diez minutos más largos de mi vida.

   Una vez que aparcaron el automóvil en la entrada del lugar donde se hacía el evento, lo primero que Wally me dijo al bajar fue:

—¿Fue tan aterrador como lo fue para mí?

   A lo que no dudé en contestar:

—Creo que me quedé perturbado de por vida.

—Nunca había oído a mi madre hablar así —sacudió la cabeza—, no desde que se divorció de mi padre.

—¿Problemas familiares? —arqueé una ceja mientras caminábamos hacia la puerta y entregábamos nuestras invitaciones después de Maggie y Cecile.

—El viejo tenía una amante que ahora se convirtió en su nueva esposa, lo típico. ¿Qué hay de ti? ¿Por qué vives con tu tía?

   No tenía sentido mentir.

—Mis padres murieron durante el verano —me encogí de hombros, pareciendo indiferente—. Maggie me acogió y me trajo hasta aquí.

—Lo lamento, Max. Debió ser horrible dejar todo lo que era tu vida atrás y empezar de nuevo en otra ciudad...

—No tienes una idea —suspiré.

   Al instante, el sonido de un micrófono hizo que todos giráramos la cabeza hacia el pequeño escenario de una esquina. Un hombre en esmoquin azul y cabello oscuro estaba parado allí.

—¡Buenas noches a todos! Muchísimas gracias por asistir hoy a este evento especial. Como todos sabrán, Gold Business no es simplemente una compañía con cientos de sucursales en el país, es más que eso: es una familia. Una familia que se especializa en desarrollar sistemas avanzados en inteligencia y tecnologías de comunicación. Y fue mi propia familia quien me ha impulsado a crearla desde el principio; así que esto es debido a ellos. Finalmente hemos alcanzado las nuevas expectativas: hemos abierto una sucursal en una de las principales ciudades de Brasil.

   Y alrededor nuestro, estallaron vítores y aplausos. Me uní simplemente porque era un buen momento y porque Maggie también lo estaba haciendo. Ella realmente quería pertenecer a esta ciudad.

   Nos dirigimos a una de las mesas vacías y todos nos sentamos allí mientras oíamos el discurso.

—Lo sé, lo sé. Es una gran oportunidad para comerciar de manera internacional, y espero que esta nos traiga todavía más oportunidades para llegar más lejos. Responderé a preguntas luego del primer baile; espero disfruten el resto de la velada —terminó el hombre en esmoquin azul.

Silver and GoldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora